Texto: Gergas
Fotos: Fabiola Hernández
Después de una semana lluviosa en la CDMX, muchos no quieren salir de casa porque la ciudad se vuelve un caos con la lluvia. A nosotros nos importa poco el clima, es sábado 2 de septiembre, día de la tercera edición del Pepsi Ska Fest en México y no podíamos faltar.
Llegamos por ahí de las 2:40 al Pepsi Center, justo cuando La Resistencia tomaba el escenario, para descubrir que, a pesar de lo temprano que era, ya había bastante gente en el inmueble. Por un momento pensé que tal vez algunos habían llegado temprano para evitar la lluvia pero poco después noté que estaban ahí por la banda y en ese momento me di cuenta de que sería un día especial.
La Resistencia puso a brincar a todos los presentes con su ska-punk y el público se entregó a la banda con brincos y levantando los puños en el aire durante todo el set. La banda se mostró contenta de ser parte del festival y con muy buena actitud. La verdad es que siempre da gusto ver que el publico responda bien a las bandas que tocan temprano aclarando que La Resistencia hizo lo propio para lograrlo.
Terminado el set de La Resistencia, apareció Pino de Los Estrambóticos para hacer menos aburrida la espera mientras preparaban el escenario para el siguiente acto. Pino interactuó con el publico, pidiendo que aquellos que tuvieran una playera de St. Pauli, o de Panteón Rococó corrieran al área de descanso con las edecanes para regalar entradas a lo que llamaba Pepsi ska paradise.
A las 3:30 en punto, justo como lo marcaban los horarios anunciados, salió El Chino y su Gala para poner a bailar a los presentes con éxitos de Los Victorios y un par del Salón Victoria. El Chino, se mostró emocionado, brincando, bailando y dando vueltas por el escenario, el publico, por su parte bailó y canto cada una de sus canciones e incluso alcancé a ver un pequeño circulo de slam durante su presentación pero… algo faltó.
Siempre es agradable ver a El Chino pero aunque estaba acompañado por una banda de viejos amigos, incluido Carlos Avilez, bajista de La Cuca para un par de rolas, me da la impresión de que no logra causar la misma emoción que cuando lo veíamos con El Salón Victoria. De cualquier forma fue un set bastante divertido con temas que nos recuerdan nuestros años en la secundaria/preparatoria.
Terminado el set de Chino y su Gala, volvió a aparecer Pino para volver a hacer más llevadera la espera con la misma dinámica para regalar más pases para algo que nadie sabía que era pero que de alguna manera sonaba interesante. Después de regalar un par de pases más para el mencionado Pepsi Ska Paradise y de preparar el escenario, estábamos listos para lo que seguía… o tal vez no.
A las 4:30, otra vez justo a tiempo, desde Nicaragua, La Cuneta Son Machin salió al escenario para sorprender a la mayoría de los asistentes (me incluyo) con lo que ellos mismos clasifican como una mezcla de rock, cumbia nicaragüense, ska y jazz. Admito que no fueron mis favoritos, pero al ver a Carlos “frijol” Guillen (vocalista de la banda) salir brincando y bailando supe que son una banda a la que hay que ponerle atención. Hacen un rock bastante bueno, con marimba y acordeón incluidos, lo que los hace sonar diferente. Sumado a esto, la actitud de la banda es muy buena, bailando cumbia y brincando para incitar al publico a unirse a su fiesta. Después del entretenido set de La Cuneta Son Machín, se repitió la dinámica para regalar más pases para el Ska Paradise, para entonces dar paso a Los Deskarriados, proyecto alterno de Pato de La Maldita Vecindad.
Aunque Los Deskarriados son un proyecto que homenajea al ska tradicional, por alguna razón parece que no lograron hacer que el público reaccionara. Parece que los presentes querían música más movida y tristemente para ellos, Los Deskarriados no son tan alocados. Más bien son una banda de ska tradicional, un poco más lento pero de buena calidad. De cualquier forma, Pato y compañía ofrecieron una buena presentación con temas interesantes como “El Reloj” de Roberto Cantoral y “Barata y Descontón” acompañados de buenos amigos como ‘Cholulis’ Campos de Trolebús y Pino de Los Estrambóticos.

Durante la pausa para cambio de instrumentos, siguieron regalando más pases para el Ska Paradise y seguíamos sin descifrar de qué se trataba eso pero ¿a quién le importaba?, seguía Roco Pachukote y todos estábamos listo para verlo. A las 7 en punto, se apagaron las luces del Pepsi Center y apareció Roco, quien antes de empezar su set mencionó que estaba emocionado por ser parte de la tercera edición del Ska Fest, recordando a los presentes que eso sería una celebración, siempre transmitiendo su mensaje de paz, amor, armonía, unidad y sobre todo mucha positividad.
Comenzando con un par de temas en náhuatl, Roco nos dio una pequeña pero interesante clase de historia, mencionando que su set sería un “homenaje a nuestros antepasados”. Roco siempre muestra su interés y conocimiento en la historia de nuestro país, y se toma un poco de tiempo para explicar a los presentes lo que significa cada tema y por qué lo canta. Con La Maldita Vecindad o solo, siempre es un placer verlo en vivo, es un tipo con una energía increíble y transmite una vibra bien buena. Es increíble ver a alguien bailar, brincar, dar vueltas, cantar con tanta emoción sobre el escenario y siempre con una sonrisa. Decir que Roco nos hizo bailar a todos es más que obvio, su set fue tan bueno que incluso Paul Hampton (tecladista de Fishbone) y Missael del Panteón Rococó salieron a verlo entre el público.
Me llamó mucho la atención la cara de sorpresa de Paul cuando volteó a ver al público entregarse con tanta emoción a Roco, poco después vi pasar, igual entre el público a Angelo Moore (vocal de Fishbone) con la misma expresión que a su compañero Pau de sorpresa; mientras Roco estaba dando un show increíble, incluyó temas como “One Step Beyond”, a la que él mismo se refirió como “Un Paso Adelante” de la legendaria banda Madness, y “La Boa” de La Sonora Santanera con las que hizo bailar hasta al equipo de seguridad del lugar, ya en esas, se aventó “Pachuco” un ya clásico del rock mexicano y para despedirse “Kumbala”, ambas, obviamente de La Maldita Vecindad.
Entre el público escuché quejas porque no tocó más canciones de La Maldita Vecindad, no estoy seguro de que esas personas entiendan la diferencia entre Roco Pachukote como solista y La Maldita Vecindad como banda completa. Como sea, durante el cambio de set nos enteramos qué era el tan mencionado Ska Paradise, los 20 ganadores fueron invitados al backstage con Shenka del Panteón Rococó, acompañado de Pino de Los Estrambóticos para presenciar un palomazo acústico en el que se rifaron “La Herida”, “La Cerveza y el Dolor” y “Vendedora de Caricias”.
A las 8:20 Fishbone subió al escenario para demostrar porque es considerada una de las bandas más diversas del rock alternativo, pero tristemente otra vez el público mexicano hizo de las suyas. Durante la presentación de la banda originaria de Los Ángeles, muchos de los asistentes se fueron a sentar a la parte trasera del inmueble, otros se quedaron frente al escenario sólo para apartar un buen lugar para ver al Panteón y en realidad eran muy pocos los que mostraban interés en lo que ofreció la banda americana. Fishbone, con casi 40 años de trayectoria ofreció un show digno de ser cabeza de cartel, rifándose con clásicos como “Me And My Pa” y “Ugly”, en el que podíamos ver a Angelo (voz/saxofón) con su excéntrica vestimenta como de Rey Mago bailar de manera muy divertida con pasos largos y levantando sus pies mientras Jay (voz/trombón) caminaba de un lado a otro, también bailando. Ni siquiera esto logró llamar la atención total del público.
La banda mostró porqué es considerada una de las bandas más eclécticas y diversas no sólo de ska, sino de rock alternativo en general, es sorprendente como en un momento suenan a ska y segundos después suenan a soul y segundos después suenan a funk. Pero cada vez es más claro que en México no tenemos la cultura ni la tolerancia para permitirnos disfrutar de bandas que suenan a algo diferente. Lo que realmente me llamó la atención es ver que casi nadie conocía a Fishbone, pero con todo y que no los conocían, no se dieron la oportunidad de conocerlos y al contrario, vi muchas caras de fastidio y escuché preguntas de “¿a qué hora acaban estos?”, “¿falta mucho para que ya se vayan?” y recientemente vi algunos comentarios en las redes sociales, en las que los “fans” del ska se quejaron por la decisión de los promotores de poner a esa hora a una banda tan aburrida como Fishbone. Triste situación. ¿La culpa es de los promotores por incluir a bandas que casi nadie conoce o es culpa de los fans por no permitirse conocer a bandas diferentes? No lo sé. Lo que sí sé es que fue un momento muy incómodo tanto para la banda como para los asistentes, incluidos los fans que no pudieron disfrutar completamente el show por la apatía de los demás. Cabe mencionar que también hubo quien observó a la banda y seguramente la escuchará con más atención.





Justo en cuanto acabó el set de Fishbone, aquellos que estaban sentados se levantaron para buscar un buen lugar, otros ni siquiera se molestaron en saber qué habría antes del Panteón Rococó y llegaron minutos antes de las 10:00. Sí, una vez más, los “fans” demostrando porqué la escena no progresa. Algo que hay que agradecer es que se respetaron los horarios y durante todo el día no hubo retraso alguno con ninguna banda. Y justo a las 10:00 de la noche se apagaron las luces y todos gritaron haciendo retumbar el Pepsi Center, por fin había llegado el momento que todos estaban esperando.
Se abrió una cortina negra en el escenario y apareció el Panteón. Shenka saludó mientras el resto de la banda tomaba sus posiciones y empezaron con “Arréglame el Alma”, seguida de “Hostilidades”, “La Ciudad de la Esperanza” y “Asesinos”. Eso sí, siempre con buena actitud y mucha energía mientras los asistentes enloquecían con la presentación. La banda arrancó fuerte y después de cuatro rolas seguidas, bajaron un poco la intensidad para continuar con “Buscándote”, “Cumbia del Olvido” en la que vimos a Shenka y compañía bailar al puro estilo de Iztapalapa; “Pequeño Tratado de un Adiós”, “La Rubia y el Demonio” que todos corearon y un momento emotivo durante “Fugaz” en la que la banda recordó al padre de Gorri (guitarra).
‘Gracias, ¿ya se tienen que ir?’ dijo Shenka, lo que ocasionó que todos respondieran con un contundente ‘¡no!’ por parte de los fans, para entonces continuar el show con “¿Qué Pasará?” y una de las favoritas, “Vendedora de Caricias” para que todos aquellos dolidos del corazón cantaran a todo pulmón. Dr. Shenka mencionó que Hiram, baterista de la banda, había tenido una situación delicada que le había impedido tocar con la banda, ‘estábamos que nos cargaba la chingada’ dijo el vocalista explicando la situación. Afortunadamente consiguieron un baterista que tuvo sólo una semana para aprenderse todas las canciones y no sólo cubrió a Hiram, sino también acompañó a Los Deskarriados y a Roco por la tarde. “¡Es su festival!” dijo entre risas Shenka, refiriéndose al baterista.
El show siguió con otra para los dolidos: “Acábame de Matar”. ‘Abran un circulo bien grande en el que quepan hombres y mujeres’ pidió Shenka, mencionando que entre todos debíamos cuidarnos, para tocar “Banderitas y Globos” original de la banda argentina Sumo, seguida de “Estrella Roja” donde los puños izquierdos levantados no podían faltar.
Shenka, quien sabe y le gusta interactuar con su público, hizo una pausa para reflexionar acerca de la situación política de nuestro país. ‘¡se van a la chingada! ¡váyanse a chingar a su madre!’ dijo fuerte y claro, refiriéndose a nuestros políticos y gobernadores para entonces tocar “Nada Pasó”, en la que además hizo una pausa para dejar muy claro que esperaba que un día se acabaran las muertes y la mala situación que vivimos, que esperaba que en un futuro cercano se hablara de canciones como “La Carencia”, como un ejemplo y un recuerdo malo sobre la situación del país y no del presente, a pesar de que pasen los años.
Ya casi era hora de terminar, no sin antes recetarnos “Esta Noche” y “Toloache Pa’ Mi Negra”. ‘Podemos ir en paz, esta celebración de rock ya se ha terminado’ dijo Shenka antes de abandonar el escenario, pero obviamente, todos sabíamos que aún no terminaba. Pocos minutos después de abandonar el escenario, la banda volvió para despedirse con “Viernes de Webeo” y ponernos a bailar otra vez. Shenka comenzó a cantar las primeras líneas de “Lágrimas Negras”, mismas que sabemos usa como intro para “La Dosis Perfecta”.’¿Están listos?’ preguntó y la respuesta fue un ‘¡sí!’ unánime por parte del público, pero para sorpresa de todos la canción fue “La Carencia”, que desató un slam masivo en la pista del Pepsi Center. La banda se despidió, agradeciendo al publicó y cuando estábamos listos para irnos comenzó a sonar “La Dosis Perfecta” para un último slam mientras todos cantábamos a todo pulmón.
Finalmente, a las 11:45 la banda se despidió, las luces del Pepsi se encendieron y todos a correr para alcanzar transporte publico. Al salir se veían caras de satisfacción entre todas las personas, pero yo no pude evitar preguntarme si todos aquellos que asistieron, fueron porque son fans del ska o para ver a bandas en específico, sin quitarle crédito a ninguna de las bandas que se presentó, que son muy buenas. Al final fue un buen festival, con buena organización, y buenas bandas, pero siempre quedan los detallitos negativos. Tal vez deberíamos darnos la oportunidad de escuchar propuestas nuevas (o viejas) y abrir nuestras mentes para que así la escena prospere y podamos seguir recibiendo bandas de calidad en nuestro país.
Ojalá que en la próxima edición del Pepsi Ska Fest podamos disfrutar de un público más abierto.