Lost Angels visitó la Ciudad de México para celebrar el aniversario de uno de los bares rockeros más populares de la urbe, el McCarthy’s Irish Pub sucursal Nápoles, donde la cosa se puso de locos entre covers, cervezas, alitas, chavorucos y Godínez.




Una noche para recordar con Lost Angels en la CDMX
Eric Dover (Alice Cooper), Troy Patrick (White Lion), Eric Brittingham (Cinderella) y John Corabi (Mötley Crüe) abarrotaron el pequeño bar (250 personas) de avenida Insurgentes el pasado miércoles 28 de agosto de 2019. Entre el público destacaban, sí, varios fanáticos del rock, pero también la banda trajeada recién salida de su chamba en la oficina y uno que otro ruco ya canoso con gustos excéntricos. La mayoría bebió desde pasadas las 8 PM y ya para la hora del desvergue andaban super ambientados.
La banda cumplió y lo hizo bien. Desde antes caer al recinto ya vas preparado para escuchar las rolas más emblemáticas del hard rock o el glam metal en instrumentos de varios de sus más grandes protagonistas, así que la diversión está asegurada.
En el escenario son espectaculares, todavía se mueven como si tuvieran 20 años, tiran riffs escandalosos, golpean la batería con gran estilo, bailan sabroso, cantan con ganas y conviven con el público como si todos fuésemos grandes amigos, compitas de la infancia. Regalan plumillas, regalan aguas, regalan saludos, palmadas de espelta y choque de puños. Cracks.








Durante la velada sonaron himnos a la altura de ‘Home Sweet Home’, ‘Hooligans Holiday’, ‘Helter skelter’, ‘Sweet Child o Mine’, ‘Im eighteen’ y ‘Sin City’, entre otras. Cada una fue interpretada por las desgarradas gargantas de la fanaticada hasta quedarse sin voz, hasta romper sus frágiles cuerdas vocales, incluso hasta llorar de dolor (¿o fue la peda? no lo sé).
Aunque casi todo fue perfecto, el sonido local quedó a deber un poquito. Le falta un buen de potencia. Casi no dejaba percibir todos y cada uno de los instrumentos con perfección, aunque otros cuántos jalaban más fuerte de lo norma, las voces completamente extraviadas. El horario, por otra parte, no fue muy adecuado para un miércoles. Errores que, supongo, se irán arreglando con el tiempo.
Sin embargo, McCarthy’s me parece un gran inmueble para el rock n roll en vivo y un excelente foro para dar a conocer propuestas novedosas nacionales e internacionales. Sin contar, claro, que el chupe anda sumamente barato.
¡God save McCarthy’s! ¡God save Lost Angels!















