En un intento de crear el Woodstock a la mexicana, nació el festival de Avándaro, que tuvo su sede en el asentamiento de Tenantongo –a unos 5 km de Valle de Bravo- en plena represión de un gobierno priísta (aunque no lo crean) y donde se reunieron bandas como Toncho Pilatos, Three Souls In My Mind, Nahuatl o Peace And Love entre muchos otros.
Este festival, que es parte de nuestra historia rockera, tiene dos factores predominantes, la censura por medio de la música ‘del diablo’ al escuchar las palabras altisonantes e incómodas de Ricardo Ochoa, vocalista de Peace & Love y claro, la Encuerada de Avandaro o como le decían de cariño en su tierra, Avandarito.
¿Quién era esta doncella? ¿De dónde salió? ¿Andaba bien pacheca? Muchas interrogantes ahora reveladas, y sí, gracias a ella nació la hermosa y nunca fuera de moda: ¡CHICHIS PA’ LA BANDA!
Nativa de Monterrey y bajo el nombre de Alma Rosa González López a sus 16 años fue la portada de varias publicaciones al despojarse de su playera blanca y luego toda su ropa ya que sentía el acoso de los presentes, en un acto de rebeldía y de decir ¡alivianense! Lo hizo sin pensarlo mucho, así fue como lo declaró hace años a la mítica revista Piedra Rodante –no confundir con la Rolling Stone, esa no llegaría a México sino muchos años después-. La respuesta después del asombro fue un éxito, todos se calmaron y siguieron en su ‘onda’.
Estábamos en un campo donde se quemaba y se hacía lo que uno quería, entonces ¿por qué no podíamos desnudarnos para liberarnos de todo? No estábamos en la ciudad, no le hacíamos daño a nadie.
Ahora sabemos que no había control para el acceso a los festivales como ahora, aunque en su mayoría siguen siendo inefectivos, así que esta muchachona andaba muy cruzada y así lo recuerda:
Cuando llegué no había nada de nada, sólo pastas. Unos chavos me pasaron el huato, me dijeron que eran muy efectivas. A mí no me gustan esas madres, pero como no había otra cosa pues me las empujé con media botella de brandy Presidente. Uy, me puse hasta el gorro bien rápido.
Así fue el paso veloz de una joven de la Sultana del Norte en su aventura en el festival que quienes lo vivieron lo recuerdan como una grata anécdota, parte de nuestra historia y a la que recordaremos siempre que gritemos ¡Chihis Pa’ La Banda!
Ninguna de las imágenes que pusiste es de la original Encuerada de Avándaro. Por cierto, Piedra Rodante sí era una versión mexicana de la Rolling stone, sólo que tradujo el nombre y su contenido era en la mayor parte, original.