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Cine

Amor sin barreras, un gran remake condenado al olvido

Mario Valencia

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Amor sin barreras review

¿Qué sentiría Spielberg si alguien hiciera el remake de Tiburón, E.T. o Cazadores del Arca Perdida? Hay obras de arte que fueron concebidas de una forma en respuesta a un contexto y cuya esencia, es imposible replicar, por más que los estudios se aferren a la nostalgia. Con Amor sin barreras, musical estrenado en los 50 por Jerome Robbins (con letras del recién fallecido Stephen Sondheim), vimos el clásico relato de Romeo y Julieta en medio de la disputa de dos pandillas interraciales en un decadente Nueva York, donde los jóvenes no tenían mejores oportunidades para superarse y cuyo refugio, era la violencia.

Cuando llegó al cine en 1961 de la mano de Robert Wise, fue un suceso, el inicio de una nueva era dorada para los musicales. La demostración de que el género, podía comunicar un drama mayor a través del baile y canto, más allá del espectáculo superficial. Con tales antecedentes, es imposible no sentir escepticismo de una nueva versión. Bueno, solo omitan aquella versión producida por Gerardo Quiroz con Jaime Camil y Chantal Andere, ¿ok?

Sin embargo, fiel a su costumbre, el trabajo de Spielberg es de excelente manufactura, con un claro respeto al material original pero a la vez con sus propios giros y una mayor relevancia en un mundo más dividido que nunca. La verdadera pregunta es, ¿era necesario este remake? Nace una estrella consiguió la aprobación de varios, en parte gracias al protagónico de Gaga. Pero con un elenco que no podría generar tanto ruido entre la vieja guardia (ultimadamente, el target al que va dirigido) y un protagonista al borde de la cancelación (Ansel Elgort), ¿logra sostenerse a partir de su romántico idealismo?

Amor sin barreras reseña
© 2020 Twentieth Century Fox Film Corporation. All Rights Reserved.

Amor sin barreras,

Sí han vivido bajo una roca durante los últimos 60 años, Amor sin barreras narra la historia del romance entre Tony y María. Tony fue miembro de los Jets, una pandilla de rufianes blancos pero que tras haber estado en prisión, cambió su perspectiva hacia sus otrora rivales puertorriqueños. María es la hermana de Bernardo, el líder de los Sharks, la pandilla antagonista. El amor entre ambos jóvenes no puede florecer por las diferencias raciales, a pesar de que ambas partes sufren de la misma realidad donde son víctimas de la creciente urbanización neoyorquina, así como del abuso de las autoridades.

Spielberg logra crear una mezcla interesante entre el texto original con temáticas más contemporáneas y algunos giros que harán sonreír a los fanáticos de la original. De entrada, tenemos cambios de escenarios en varias canciones, como el tema de los Jets hacia el oficial Krupke. Se abandonan las calles a favor de la estación de policía, donde provocan un divertido caos. Lo mismo con la clásica “I Feel Pretty”, donde dejamos de lado la fantasía para ubicarnos en la tienda departamental donde trabaja María.

Le decimos adiós al personaje de Doc, el amable tendero que adoptaba a Tony como su pupilo al ver un cambio en él. Ahora tenemos a la esposa de Doc, Valentina, interpretada por la legendaria Rita Moreno, actriz del elenco original y que por supuesto, cuenta con su propio número. Fue grato verla de nuevo en pantalla con uno de los filmes que le dio gloria y vaya que el personaje, da mucho peso moral al resto de los protagonistas.

Porque si Rita fue ejemplo de poder femenino al encarnar a Anita en la versión original, con Valentina hay un momento interesante de sororidad. En la escena del intento de violación a Anita (que por Dios, no es spoiler), no solo Valentina llega a ponerle fin, sino que las propias novias de los Jets, intentan ponerle un alto a los malandros. Es un instante de franca empatía que funciona increíble a la visión actual del director.

El elenco funciona muy bien, aunque brillan más los personajes de soporte que los propios Tony y María. Ariana DeBose como Anita es estupenda, luce en “América” y el número del mambo pero también, en el drama que atraviesa con Bernardo. Su frustración explotando en una mirada al enterarse de su muerte es devastadora.

Por su parte, Rachel Zegler, quien da el salto del Youtube a la pantalla grande, da una buena interpretación de María en un papel que parece haber sido concebido para ella. Sin embargo, no sé ustedes pero esta fórmula de bello canto soprano todo el tiempo, me parece ya demasiado sobre explotada. Es una bella voz, sin duda, pero no tiene un tono especial que la diferencie de otras mil sopranos.

Amor sin barreras review
© 2020 Twentieth Century Fox Film Corporation. All Rights Reserved.

Pero el cambio más significativo es una balanza compleja de analizar. Gran parte de la grandeza de la obra de Wise, fue la edición. La película del ’61 se caracterizaba por cortes rápidos, con juegos entre cada plano para acentuar la emoción, a diferencia de los musicales de la época preocupados por mostrar sus coreografías en planos abiertos sin interrumpir el flujo de la acción. Spielberg se inclina por lo segundo, una construcción más clásica del musical. El hombre es un maestro para colocar la cámara, queda claro. Pero pierde el impacto de varias piezas y a su vez, provoca que el ritmo se sienta lento.

De igual forma, olvídate del mundo colorido de Wise. Acá Spielberg juega con filtros para emular la sensación de un filme viejo. Funciona para acentuar los contrastes, pero se pierde el encanto de la propia dirección de arte.

Amor sin barreras tristemente, aún funciona en un mundo lleno de odio, miedo e intolerancia. No solo eso, sino que el mensaje de planeación urbana es más tangible aplicado a cualquier ciudad grande donde los marginados, son el vestigio de la grandeza que alguna vez hubo. También aplica para el estado actual migratorio en Estados Unidos, donde se reprime aún más por ese idiota miedo a perder su identidad.

Conclusión

Amor sin barreras es un excelente ejemplo de como realizar un remake pero también hay que ser realistas: la gente la olvidará. No importa que la fotografía, actuaciones y coreografías, así como los temas se mantengan de interés. Mientras exista una versión con Natalie Wood y Richard Beymer que ha sido transmitida por generaciones, seguirá siendo el referente. Esta es una buena película que desafortunadamente, vivirá bajo la sombra de ser “la nueva”. Vale la pena checarla si son fans del cine musical, de lo contrario, pueden omitirla.

De nueva cuenta pongo sobre la mesa el debate sobre la industria hollywoodense, dependiente de la nostalgia y sin ánimo de mirar a nuevos horizontes. ¿Cuántas más de estas versiones tendremos que ver?

Finalmente, esto va directo para la gente de Disney México: ¡la traducción que hicieron es pésima! Al menos en la función de prensa, las canciones perdían todo el sentido al trasladarse al español. Espero lo hayan corregido para el público porque de lo contrario, no la recomendaría en lo más mínimo a menos que el espectador domine el inglés.

Fotógrafo y reportero desde 2015, programador del Festival Macabro, profesor de Historia del cine en la FES Acatlán y coordinador de materiales en Filmin Latino.

2 Comentarios

1 Comentario

  1. Amalia

    11 febrero, 2022 en 8:17 pm

    No entiendo tu critica. La obra es espectacular por donde la mires.

  2. Maria

    24 marzo, 2022 en 10:42 pm

    Respeto su opinión, a mí me gustan las películas musicales, la versión original tiene un lugar especial para los cinéfilos, a mí me resultó lenta, en esta nueva versión aunque es remake es más rápida

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