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Entrevistas

La Castañeda: música sin fecha de caducidad

Una entrevista para celebrar los primeros 30 años de una de las bandas mexicanas más queridas.

Mario Valencia

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La Castañeda - Entrevista

La Castañeda es una de las bandas más icónicas en la historia del rock mexicano. Con tres décadas de historia, un estilo histriónico único que remonta a las locuras de aquel famoso manicomio porfiriato y un melancólico (con algunas de las mejores líneas de bajo concebidas en México), la siguen consolidando hasta nuestros días.

Para celebrar un nuevo aniversario, acaban de lanzar el álbum en vivo XXX años de locura, creado a partir de grabaciones en diversas sedes y ya disponible en plataformas digitales. Gracias a este lanzamiento, charlamos en entrevista con Omar De León, tecladista del grupo quien nos contó todos los detalles del estreno y varias anécdotas para repasar el legado de La Castañeda.

Vi que dieron un show en la TV de Monterrey, ¿qué tal les fue por allá?

El programa estuvo muy padre. Después de toda esta pausa que hemos tenido, nos cayó bien tocar de nuevo. Hubo un poco de público, hace que no íbamos por allá y es una plaza importante y querida para nosotros“.

Platícame acerca del nuevo lanzamiento, XXX años de locura. Es interesante que todas las canciones fueron grabadas en lugares distintos.

Es un disco que es hijo de la pandemia. En este descanso forzoso, nos dimos a la tarea de revisar material de las composiciones que también hemos trabajado para el material inédito, lo que nos llevó a una revisión con calma de lo sucedido durante la gira del 30 aniversario“.

De manera rutinaria, siempre grabamos todo para checar ciertas cosas, estudiar si algo salió mal o se pueda manejar. Entonces encontramos que algunas canciones habían sido grabadas en multitrack, ideal para editar en un disco y hubo varios temas en los que se logró un ambiente muy especial. También se nos hizo interesante dejar una especie de testimonio a manera conmemorativa“.

El disco es diferente en ese sentido porque no se tomó de un concierto hecho con la idea de lanzarse, como ya lo habíamos hecho. Eso le da una vibra más natural y fresca del aspecto en vivo. Aparte la selección, valió mucho la pena rescatar. Por ejemplo en ‘Ángel de la Sombras‘, se siente el ambiente con todo el público. Es una fotografía de distintos momentos de la gira, la cual fue bastante intensa. Empezó en el Vive Latino y cerramos en el Force Fest, donde se sacó la foto de la portada“.

La Castañeda en Parque Naucalli
La Castañeda en Parque Naucalli. Foto: Rosh Márquez.

El bonus del disco son los testimonios que ustedes comparten en el álbum. ¿Cómo surgió la decisión de abrirse de esta forma?

Fue una idea externa. Como el disco se construyó de una manera emotiva, más personal, con temas que no encontrarás en otras recopilaciones en vivo, una persona allegada nos dijo que sería muy padre que en lugar de una canción, hubiese comentarios que quisiéramos expresar al público. Es un reconocimiento hacia ellos, por eso la portada es así. Habíamos jugado con varias fotos pero nos importaba más que salieran las personas“.

Ya que es un álbum pensado para la gente que nos ha seguido, nos pareció buena idea dejar un pequeño pensamiento. Te confieso que cuando empecé a hacer el mío, me salió larguísimo y tuvimos que cortarlo. Porque no se trata de contar todo lo que pasó en 30 años, sería imposible en sólo unos minutos“.

También a la gente que no nos conoce, es una buena manera de escuchar directamente de nosotros, un punto de vista de la banda. De repente te conocen por un concierto o video, pero es genial que te conozcan a viva voz. Un mensaje como si estuviéramos charlando“.

Acá entre nos, ¿cuánto duraba tu testimonio?

No lo llegué a medir por completo pero cuando vimos que duraba 10 minutos y apenas iba a la mitad… Ahí decidimos que era tiempo de editarlo y seleccionar lo más significativo. Si me hubieran permitido grabarlo todo, creo que hubiese durado lo mismo del disco“.

La Castañeda en el Culebra Fest
La Castañeda en el Culebra Fest (2018). Foto: Mayra Ortíz

Pasemos al próximo álbum de material inédito. ¿Por qué a La Castañeda le tomó tantos años lanzar un disco totalmente nuevo?

Hay muchos proyectos, después de 30 años, que uno debe desarrollar de manera personal. En los últimos años, entre los proyectos que cada uno de nosotros tiene aparte de la banda, más las giras que implican muchos ensayos, no hemos tenido el tiempo para encerrarnos a conceptualizar un disco“.

Por otro lado, no somos un grupo que tenga planteado sacar un disco al año o uno cada cierto tiempo. No tenemos esa planeación. Esas son algunas de las razones por las que nos cuesta juntarnos y darle curso a un nuevo álbum“.

De repente nos juntamos y decimos, ‘traigo estas ideas’ pero quizá no funcionan para La Castañeda y encuentran lugar en otros ámbitos. Cada uno de nosotros trabaja musicalmente para otras cosas“.

Por otro lado, justo en esta pausa del 2020, revisamos Osvaldo, Chava y yo, todos los temas que han estado componiéndose de manera individual y decidimos hacer una selección de los que podríamos compartir en la banda. Nos dimos cuenta que ya hay material para incluir en nuestro concepto. Porque La Castañeda debe tener una personalidad propia y no puedes meter cualquier cosa, aunque tampoco nos interesa repetir ciertas fórmulas“.

No es fácil y no hemos querido forzar disco solo porque llevamos mucho tiempo o algún contrato nos lo exija. Queremos que sea cuando las condiciones se den y en estos meses, hemos tenido mucho tiempo para platicar entre nosotros. Llevamos un avance moderado pero te puedo hablar de cuatro o cinco temas que ya van tomando forma. Creo que en los siguientes cuatro meses, tendremos sino todo el disco, si vamos a tener algunos temas de los que formarían parte. Ya hemos hablado del título, concepto, todo a su tiempo“.

Debes entender que después de 30 años juntos, cuando tenemos tiempo de hacer otras cosas, nos dejamos de ver todo lo que sea posible. Te soy honesto, pasas tanto con la gente que debes buscar tus espacios de silencio. Ahora que ha estado el chance y fuimos a Monterrey, nos dimos el chance de mostrarnos canciones, relajarnos y hablar como se debe“.

Una vez que ya se dan esos primeros pasos, lo demás sale fluido. La pandemia tuvo efectos beneficiosos en otros sentidos“.

La Castañeda en Plaza de las Estrellas
La Castañeda en Plaza de las Estrellas (2019). Foto: Mario Valencia.

Momento de retomar algunas anécdotas de sus primeros 30 años. Lo primero, ¿qué tanto consideras que ayudó el sello Culebra al éxito de la banda?

En los inicios de la banda, todo se hacía de una manera bastante artesanal. La industria de la música en México no estaba tan desarrollada, mucho menos la del rock. Entonces aventarte un concierto era como Dios nos daba a entender. No había equipo, ni escenario, las tocadas te las inventabas. Eso dejó un efecto importante no solo en nosotros sino en muchas otras bandas, porque empiezas picando piedra de una manera muy intensa“.

Hoy en día es muy difícil de ver esto. Ahora haces música desde tu casa, la sueltas en las redes y ya la vio todo el mundo. Pero al día siguiente nadie se acuerda. Antes las cosas no caducaban tan rápido“.

En ese entorno, se empezó a juntar mucho público que ya no quería escuchar lo que había en la radio. Proyectos muy digeridos, fáciles. Luego hubo un sector de la gente que quería rock mexicano, su propio rock porque siempre, hasta la fecha, consumimos más el extranjero. Lo que aquí gana. Esa combinación empezó a tener un buen jale y cada vez iban más. Los pequeños lugares que había no daban abasto, se empezaban a quedar afuera. Hubo temporadas donde teníamos que hacer dos conciertos en el mismo día: hacías una tardeada y al terminar, ya estaban formados para la siguiente tocada“.

Cuando las disqueras empezaron a ver este fenómeno, nos voltearon a ver. Y lo amplificaron con toda la infraestructura que te puede dar una compañía. En nuestro caso fuimos afortunados, porque nos dieron total libertad y no nos impusieron nada, como se acostumbraba. Esa libertad fue un éxito, porque se formó una personalidad propia de la camada de nuestros grupos como Cuca, Santa Sabina, La Lupita, Tijuana No!, Tex Tex: grupos autenticamente rock mexicano pero que son muy distintos del otro“.

Al funcionar esta fórmula, las compañías te apoyaban más. Fue muy importante, pero no se dio el éxito solo por ellas, pues voltearon a los grupos que teníamos públicos. Incluso antes para darte a conocer en los medios, que te dieran una entrevista en la época de Raúl Velasco, era difícil. Fue una combinación entre los fans, importantes para mi, las propuestas de las bandas que ya no querían ser la calca de los gringos o argentinos. La camada que nos tocó a nosotros, estaba en búsqueda de una identidad. En La Castañeda dijimos a la chingada con las chamarras de cuero y los pelos parados, vamos a raparnos y a salir con batas de hospital. Porque era decir, ya estuvo, que no sea una imitación más“.

Las disqueras siguen siendo importantes para mi pero es un arma de dos filos: como te dan, te quitan. Tienes que saberla manejar y enfrentarte a ella. Fue un aprendizaje que tuvimos y ahora ya no se da la permanencia a los grupos que vivimos esos procesos paso a paso. Sin embargo, cuando se dan estas generaciones que cumplen 15 años, edad en la que se empieza a descubrir la música, todas las bandas vuelven a renacer porque los chavos buscan una propuesta cercana a ellos“.

La Castañeda en Terra Sonora Live
La Castañeda en Terra Sonora Live (2012). Foto: Andre Dulche

La banda se ha caracterizado por este elemento teatral. Desde aquel momento, ¿ya tenían contemplado que así encaminarían su espectáculo o como fueron adoptándolo?

Esto lo desarrollamos incluso antes de La Castañeda. Yo empecé en la música con una compañía de teatro, el rock para mi fue un poco accidental. A mi me interesaba un poco más la música que se componía para las obras, la danza, el cine, ese tipo de espectáculos que requieren más elementos. Todos venimos de cierta manera de esa escuela, de dar un poco más, un elemento visual, de color, de luz: una manera distinta de abordar el escenario. En la banda lo que ocurrió fue que le dimos forma, aterrizamos estos sueños que teníamos y en nuestro primer viaje al festival de Viena, encontramos muchas cosas que queríamos hacer. Al ver que varios lo hacían, nos inspiró mucho a regresar a México para implementarlo a nuestros conciertos“.

Ustedes llegaron a dar conciertos en Viena o Nueva York. ¿Nunca les pasó por la cabeza quedarse por allá a proseguir su carrera?

Sí, hubo un par de ocasiones. Justo en uno de los viajes a Viena, estuvimos a punto de subirnos a una de las grandes giras europeas pero la condición era que teníamos que vivir allá. Si ustedes quieren estar en esos festivales, abrirle a las bandas grandes y dar conciertos, deben quedarse al menos dos o tres años. No se podía, era muy costoso estar yendo y viniendo“.

Había mucha disposición pero no todos pensábamos lo mismo. En aquel entonces éramos seis integrantes con situaciones distintas. Familiares, sociales. No todos podíamos abandonar México indefinidamente. Porque no era de ‘quédate tres meses’, era hasta que te dijeran“.

En ese momento, algunos teníamos familias, un hijo por nacer, pareja… Cosas así que también te detienen. Eso aunado a los recursos afectaba la estadía. Afortunadamente pasamos buenas temporadas por allá, grabamos en estudios importantes. Siempre hay que adaptarse a los cambios“.

La verdad, nos perdimos de muchas oportunidades, de estar a un nivel que ninguna banda nacional había logrado. Ya posteriormente firmamos un contrato con BMG de California y ahí nos dimos cuenta que todo sería más fácil si nos instalábamos ahí. Aunque no lo hicimos. Al menos ir a California si podíamos ir y regresar a los 15 días, no se dio tanto la necesidad“.

La Castañeda en Mercado Negro
La Castañeda en Mercado Negro (2018). Foto: Fabiola Hernández

Hace un par de años, falleció Edmundo Ortega, cofundador de la banda. ¿Cómo recibiste la noticia y cuál fue el impacto que te dejó?

“Yo empecé a tocar con él previo a La Castañeda, habíamos hecho tres bandas previas. Fue una persona que formó parte de mi familia, era como un miembro más así como yo en la suya. Vivíamos juntos la música y vida”.

“Después por azares del destino y como te digo, cada quien va teniendo distintos intereses. En el caso de Edmundo, decidió incursionar en otros géneros musicales y hubo un momento donde nos dejamos de ver durante varios años”.

De manera personal, viví un poco mal su deceso porque nos volvimos a encontrar. Después del proyecto que formó con Los Inmortales, estaba muy ávido y al vernos en los pasillos del Conservatorio Nacional de Música, porque el trabajaba ahí y yo tenía muchos asuntos que ver ahí. Entonces no veíamos diario, de manera casual. Empezamos a fraguar cosas, sacamos varias canciones en común y otras tantas que se quedaron sin grabar“.

“Cuando nos reencontramos, volvimos a trabajar en algunos temas de antaño e ideas nuevas que me proponía. Justamente íbamos a formar un grupo alterno a La Castañeda cuando salió de vacaciones. Quedamos de vernos al regresar en veinte días”.

Edmundo siempre fue delicado de su salud, desde que lo conocí. De repente me hablaron que estaba muy grave en el hospital, lo cual había pasado en varias ocasiones. De repente me dan la noticia que fallece de manera intempestiva. Incluso sus papás me hablaron y en su sepelio, fui la única persona que estuvo presente, por distintas razones. Mi hermano Osvaldo no estaba en México, Salvador estaba trabajando y bueno… Me pesó muchísimo, porque lo viví muy de cerca en un momento de reencuentro, planeando nuevas cosas“.

Fotógrafo y reportero desde 2015, programador del Festival Macabro, profesor de Historia del cine en la FES Acatlán y coordinador de materiales en Filmin Latino.

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