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La leyenda de Riot Games no para de crecer

Por segunda vez consecutiva League of Legends conquista The Games Awards como el mejor título esports del año.

Andre Dulché

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pentakill

Por segunda vez consecutiva League of Legends conquista The Games Awards como el mejor título esports del año. Pero más allá de ser la piedra angular de la disciplina con más crecimiento de todas, la creación de Riot Games también nos da a la más épica banda de Runeterra y del mundo de los videojuegos: Pentakill.

Racha victoriosa

Si bien su última actualización deja a más de uno rascándose la cabeza tratando de digerir los cambios efectuados, no fue impedimento para que LoL revalidara su título como el mejor juego esport del 2020 en la máxima premiación de todas: The Game Awards. En ella, LoL quedó por encima de favoritos para las plataformas de apuestas en directo, como CS:GO, Call of Duty y Fornite, al llevarse los tres principales galardones: Mejor Juego, Mejor Equipo y Mejor Evento Organizado – el LoL World Championship, donde cada año millonarios premios son repartidos a los mejores equipos de campeones de Runeterra y del mundo humano. Nada menos que esperar del videojuego pionero que hizo de una pasión, una profesión deportiva.

Pero desde mucho antes, Riot Games no se había conformado con crear el mejor juego del mundo de los esports, sino que también expandió su reinado más allá de las fronteras y con ayuda de sus más pesados héroes crearon una banda literalmente fuera de nuestro mundo: Pentakill.

Brutales de principio a fin

En 2014 Mordekaiser, Karthus, Yorick, Sora, Olaf, y Kayle, todos ellos campeones que podemos controlar en LoL, crearon Pentakill, un homenaje a la hazaña más grandiosa que un jugador puede realizar en una partida, derrotar a los cinco miembros del equipo contrario con sus propias manos.

Su primer álbum, Smithe and Ignite, fue lanzado gratuitamente para los más de 100 millones de jugadores de LoL, posicionándose en el top ten de la lista Billboard en Estados Unidos gracias a las poderosas melodías de sus canciones, tan llenas de epicidad como sus intérpretes. Como dato curioso, todas las canciones del álbum llevan el nombre de ítems utilizados en batalla, teniendo “Lightbringer”, “Death Fire Grasp”, y “Last Whisper” un lugar privilegiado no solo en el inventario de los campeones sino también al darles a los frenéticos combates la ambientación perfecta.

Editor de Pólvora, periodista musical y fotógrafo desde hace más de 10 años. Licenciado en comunicación social con la tesis El Rock Como Movimiento Social en la UdeC. Fan de los deportes, cómics, la ciencia ficción y películas de acción basura de los años 80-90.

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