Cine
Justicia Implacable, la explosiva reunión de Jason Statham y Guy Ritchie
Statham y Ritchie juntos para tirar plomazos como en los viejos tiempos.
Eres astuto, Guy Ritchie. Fuiste a Hollywood para vaciar algunas arcas (principalmente la de Disney después de hacer Aladdin) y tener un buen presupuesto ahorrado para tus proyectos de acción que tanta fama te dieron a finales de los 90. Primero regresaste con Los Caballeros, joyísima comedia negra de mafiosos similar a tus primeros trabajos. Ahora vienes con Justicia Implacable (Wrath of Man en inglés), un remake de la cinta francesa Le Convoyeur protagonizada por Albert Dupontel y Jean Dujardin. No solo eso: te reúnes con tu actor fetiche, Jason Statham, quien abandonó durante años su personaje del maleante en cintas de robos para reposar en el lucrativo confort de Rápido y Furioso. Statham y Ritchie de vuelta a lo suyo, ¿qué más se puede pedir?
Justicia Implacable es la fórmula clásica del director. Un reparto repleto de personajes rudos y sarcásticos, un intrincado juego criminal, plomazos y una ágil conclusión en favor del protagonista. Jason Statham interpreta a Patrick Hill, un hombre sobrio que entra a trabajar a una empresa de seguridad bancaria (un Cometra angelino por si gustan hacer comparación) la cual ha sufrido varios golpes en los últimos meses. Es claro que no es el típico oficial de seguridad privada pero sus credenciales respaldan un amplio currículo en Europa. Mientras averiguan quien está detrás de los últimos robos, la cinta, fiel al estilo Ritchie, muestra distintas partes involucradas que inevitablemente, cruzarán caminos en una violenta conclusión.
De entrada aquí no hay nada nuevo: es lo que se podría esperar de ambas partes. Pero está bien hecho y posee gran personalidad. El reparto de malencarados completan un gran cuadro junto a Statham quien no se reinventa ni nada, solo es el clásico hombre turbio de moral ambigua que emprende una misteriosa cruzada. Sobresale el siempre estupendo Jeffrey Donovan, al cual lo recordarán de la serie Burn Notice. Él es un sargento retirado a la cabeza de un grupo de veteranos de guerra que entran al crimen organizado para añadirle algo de emoción a sus tardes de póker. Debe mostrar su liderazgo ante un grupo de resignados y un notorio sociópata a los que deberá impulsar para sus fechorías.
Por otra parte tenemos a todos los estereotipos habidos y por haber en la empresa de seguridad bancaria: el tipo desconfiado del chico nuevo, la mujer ruda, el veterano sabio, etc. No existe un factor sorpresa pero sí mucha satisfacción al verlos cobrar importancia a la trama. Algunos personajes de soporte quedan desperdiciados u olvidados, en especial un agente del FBI y un mafioso interpretado por Andy García, quien solo aparece porque seguro lo vieron pasar por el set y dijeron “hey, ¿por qué no?”. Y sí: hay un cameo de Post Malone por ahí. El rapero vs. Jason… Ya imaginarán como termina.
Solo hay algunas ocasiones en las que Justicia Implacable, falla. La primera de ella es dejar ciertos cabos sueltos con algunos aliados de Statham que en lugar de trabajarse, quedan olvidados para pretender resolverse en menos de un parpadeo. Después, tenemos un momento de escasa emoción durante el clímax que en definitiva ameritaba ahondar en el para evitar su mayor problema: lo predecible del cierre. Gran oportunidad desaprovechada para dar un giro más agradable, sobre todo si consideramos lo hecho en Los Caballeros.
Justicia Implacable tiene los plomazos, injurias y giros para divertir a cualquiera un par de horas. Quizá el inicio es algo lento pero si eres fan de Statham, seguro estarás emocionado por la expectativa de verlo patear traseros de nuevo y créeme, no defrauda. Desde el principio, las escuelas de acción son estilizadas, como su plano secuencia inicial donde ocurren todas las desgracias que desencadenan la venganza: no lo vemos a cuadro, pero el sonido nos va guiando a través de cada situación. Joya.