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Crítica de Todo En Todas Partes Al Mismo Tiempo: la mejor película sobre multiversos

Dijeran las familias de antaño, “todo pasa por algo”. Cada lágrima, risa, el dolor provocado, tiene una razón de ser.

Mario Valencia

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Todo En Todas Partes Al Mismo Tiempo

Ah, qué cosas con los multiversos. Parece ser la tendencia a seguir por doquier, ya sea solo para complacer las necesidades nostálgicas de la gente (coff, Marvel, coff) o mostrar peripecias jocosas de vidas alternas que nos llevan a fantasear sobre las decisiones que nos llevaron hasta donde estamos. Pero ninguna película o serie lo ha llevado de una forma tan perfecta como la nueva obra de los Daniels (no, no me refiero a Ismael y compañía, sino a Daniel Kwan y Daniel Scheinert, autores de la joyísima Swiss Army Man), Todo En Todas Partes Al Mismo Tiempo.

A partir de jugar con el absurdo, es una obra completa que juega con la idea de distintas realidades que los autores, sabiamente optaron por retratar en distintos géneros cómo el wushia (cine de artes marciales producido en China, pues), la ciencia ficción, la parodia y sobre todo, el melodrama familiar. Pareciese un caótico pastiche pero todo lleva a un punto muy conciso sobre lo que nos forma, virtudes y defectos, cómo un ser humano. Una belleza.

TODO EN TODAS PARTES AL MISMO TIEMPO: ENTRE RISAS Y UNA ETERNA PERSECUCIÓN

Evelyn Wang es la dueña de una lavandería de barrio que además de cumplir con las expectativas financieras del negocio, debe fungir cómo soporte para toda la familia, en especial de su exigente padre (que además interpreta el genial James Hong). El día que debe presentar su declaración de impuestos, su esposo adopta una personalidad totalmente distinta. Él se identifica cómo Alpha Waymond, quien viene del Alphaverse para advertirle a Evelyn de una amenaza que planea acabar con cada universo creado a partir de todas las decisiones que ha tomado en la vida, ya sean afectivas o profesionales.

A partir de este momento, Todo en todas partes al mismo tiempo adopta una personalidad única, un ritmo por demás divertido y un montonal de giros para mantenerte atento. Pero dónde radica su perfección es en cada detalle, lo poético de su interpretación sobre la vida de ensueño, misma que al final jamás llega por la añoranza de haberlo abarcado todo. Me parece increíble cómo toma algo tan mundano como una oficina de impuestos y lo convierte en esta especie de laberinto del que debe escapar.

El cuestionamiento existencial de Evelyn la lleva a analizar a fondo cada paso, cada reacción, cada decisión para entender porque su vida es así; vaya, quien no ha atravesado por eso alguna vez. ¡Qué bella analogía con los ojos de plástico, un símbolo de lo más bobo pero que extiende su visión de forma universal a cada rincón!

Todo En Todas Partes Al Mismo Tiempo
Todo en todas partes al mismo tiempo rinde homenaje al cine de artes marciales del cual, la misma protagonista formó parte del último gran éxito del género: El tigre y el dragón.

Lo impredecible de cada secuencia, esta construcción que nos lleva a universos de lo más irreales sostiene una edición perfecta. En uno, Evelyn decidió convertirse en cocinera para un prestigioso restaurante asiático. Sin embargo, su compañero se lleva toda la gloria porque es manipulado por un mapache en estilo RatatouilleHay tantos por descubrir y aunque no diré mi favorito, en uno vemos a los personajes convertidos en piñata. Para que se den idea ante lo que estamos.

Mención aparte para el gran papel de Jamie Lee Curtis cómo la severa supervisora del IRS, uno de los mejores papeles que ha interpretado en su carrera y que a la vuelta de cada línea temporal, se colude con el resto del cuadro familiar, ya sea de forma sentimental o cual verdugo. La química conseguida con Michelle Yeoh, tanto en las partes de acción como en las dramáticas, es vital para el desarrollo de Todo en todas partes al mismo tiempoSi Curtis no es al menos nominada al Oscar por mejor actriz de reparto, no sé que esperar de la vida.

En esta sacrosanta página me han leído quejarme durante cuatro años sobre el abuso que algunas producciones tienen con “el poder del amor” para resolver sus tramas. Pues aunque Todo en todas partes al mismo tiempo juega con la misma idea, aquí funciona de una forma conmovedora que conlleva su discurso sobre aceptación y responsabilidad emocional. La hija no es feliz al no sentirse aceptada por ser lesbiana y la madre, no es feliz porque reprime su instinto de aceptarla por la represalia de las costumbres de antaño. La misma identidad de los asiáticos en Estados Unidos es puesta en tela de juicio ante un sistema ajeno a sus tradiciones.

Todo En Todas Partes Al Mismo Tiempo
Jamie Lee Curtis: no te merecemos.

Pero aunque al inicio es demasiado errática para establecer sus reglas, Todo en todas partes al mismo tiempo, es una de las mejores películas en lo que va del año. No solo por el espectáculo de ver centenares de viñetas conjugarse, sino por la reflexión posterior a la que invita. Dijeran las familias de antaño, “todo pasa por algo”. Cada lágrima, risa, el dolor provocado, tiene una razón de ser. Además, entre la locura musical compuesta por Son Lux, aparece el mismísimo Andre 3000 cómo invitado especial. ¿Cómo no amarla? Hermanos Russo, sigan gastando sus pesitos ganados por Avengers en la producción de cintas así.

Fotógrafo y reportero desde 2015, programador del Festival Macabro, profesor de Historia del cine en la FES Acatlán y coordinador de materiales en Filmin Latino.

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