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Crítica de Muerte Muerte Muerte: “funando” a la Generación Z

Muerte Muerte Muerte regala un slasher hilarante que trasciende el género para transformar el ser o no ser de Shakespeare.

AJ Navarro

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Muerte Muerte Muerte / Bodies Bodies Bodies

La Generación Z, aquella que, según estudios, es formada por los nacidos desde 1996 hasta principios de los 2000, estelariza Muerte Muerte Muerte, un slasher engañoso donde, cual partida del popular juego Among Us, demuestra el poder conspiranóico y risible del ‘fumar o ser funado’.

MUERTE MUERTE MUERTE: LA CULPA ES DE LOS GEN Z

La premisa de esta cinta, dirigida por la actriz y artista holandesa Halina Reijn, conjunta a un grupo de actores jóvenes como Maria Bakalova (Borat 2)Pete Davidson (The King of Staten Island), Rachel Sennott (Shivababy) y Amandla Stenberg (El Odio que Das) que, con la llegada de un huracán un fin de semana, deciden hacer una fiesta loca en casa de uno de ellos.

Esta reunión de viejos amigos ricos no será tan cómoda pues el regreso de Sophie (Stenberg) a ese círculo de aparentes nihilistas superficiales la hace enfrentar su pasado y su presente, al presentarles a Bee (Bakalova), alguien de una clase social distinta que no se siente del todo cómoda con esta visita.

Aunque el degenere y el absurdo se apropian del relato, es cuando los ‘gen z’ se aburren de sus propios excesos que comienzan a jugar un juego: Muerte Muerte Muerte, que, cual live action de Among Us, consta en saber quién es el asesino en un juego aparentemente inocente que pronto se sale de control.

Muerte Muerte Muerte / Bodies Bodies Bodies
Rachel Sennot en una escena de la cinta Muerte Muerte Muerte // Cortesía: Sony Pictures / A24

‘FUNAR O SER FUNADO’: EL ABSURDO DILEMA DE MUERTE MUERTE MUERTE

Y es que, cuando un miembro del grupo resulta realmente asesinado, las dudas, secretos y doble moral de los asistentes a esta reunión comienzan a salir a flote con tal de descubrir quién es el asesino en el grupo, todo esto en medio de una mordaz crítica social a la generación z, su forma de comportarse y sus falsas apariencias.

Uno de los problemas que muestra la cinta es ese cinismo de todos los participantes salvo de uno de ellos, Greg (un super hippioso Lee Pace), que rompe el molde a ser un adulto en medio de un mar de idiotas en los que la filosofía de funar o ser funado persiste. Pero todos son personajes poco empáticos, caen mal y se convierten rápidamente en candidatos que uno desea ver morir en pantalla.

Sin embargo, ese es uno de los propósitos de la historia pues ahí radica la ácida crítica de Reijn, en esos pequeños detalles de una generación que no puede vivir desconectada, que depende de las redes sociales y la aprobación de los demás más allá de que sea una apariencia falsa que ha carcomido el tejido social entre ellos.

Muerte Muerte Muerte / Bodies Bodies Bodies
La Generación Z y un juego a lo Among Us es lo que detona Muerte Muerte Muerte // Cortesía Sony Pictures / A24

MUERTE MUERTE MUERTE: LOS CUERPOS Y EL TALENTO DETRÁS DEL JUEGO

A pesar de que todos los integrantes riquillos del relato son castrantes hasta la médula, les compras la idea. Desde el drogadicto y propenso a la violencia David (Davidson), hasta la odiosa actriz necesitada de aprobación y querer, Emma (Chase Sui Wonders) o la celosa ex novia acomplejada Jordan (Myha’la Herrold) fluyen molestamente bien.

Dentro de estos personajes, la que se roba el show de la desesperación sin duda es Alice (Sennott), que parece salida de un tremendo pastiche que conlleva muchas de las cosas de los Gen Z que tanto odiamos. Curiosamente, es en sus rasgos respectivos que la fachada de los ricos populares va cayéndose, todo gracias a la posibilidad del asesino oculto entre ellos.

La capacidad de señalarse entre todos y de soltar comentarios aparentemente estúpidos muestran el reflejo de estos cuerpos que se van amontonando mientras la cinta sigue corriendo, justo hasta ese giro final bastante sorpresivo y absurdo, uno que puede generar polémica pero que se convierte en la cereza del pastel de esta comedia de horror.

Muerte Muerte Muerte / Bodies Bodies Bodies
Maria Bakalova y Amandla Stenberg en Muerte Muerte Muerte // Cortesía: Sony Pictures / A24

ELECTRO, LUCES NEÓN Y CLASES SOCIALES: LA CARNE DE MUERTE MUERTE MUERTE

Es difícil poder hablar de su historia más allá de lo ya hecho debido a que este aparente slasher va revelando sus verdaderas intenciones hasta el final, pero se aplaude que, tanto Raijn como las escritoras, Sarah DeLappe y Kristen Roupenian, no teman al querer ser mordaces y mostrar un comentario social a través de la comedia con tintes de terror.

La idea se complementa además con un apartado musical y una fotografía adecuada, reflejo de esta generación amante de los likes, el Tik Tok, los retos absurdos y el afán de mostrarse ante el público sin importar lo absurdo que sea. Esto, acompañado con luces neón, música electrónica y una de las razones más tontas para hacer un desmadre de fin de semana.

Eso si, lo logrado si bien puede tener recursos de fórmula, supera muchas propuestas que intentan mostrar el problema del clasismo, los prejuicios y una falsedad que se usa como máscara incluso entre amistades, no tan diferente a las máscaras usadas por otro tipo de monstruos, planteando la cuestión un tanto banal: ¿Qué es más terrorífico, un ser malvado e inmortal o la oscura naturaleza humana detrás de las apariencias del dinero y la excesiva opulencia?

Muerte Muerte Muerte / Bodies Bodies Bodies
Esta cinta refleja uno de los grandes problemas sociales de su generación Foto: A24 // Sony Pictures

Es así que, con un remate bastante inesperado, Muerte Muerte Muerte regala un retazo de ficción hilarante con tintes sangrientos que trasciende la barrera del género para transformar el ser o no ser tan filosófico de Shakespeare en un lema mucho más simple que se adecua a esta Gen Z: Funar o ser Funado, esa es la cuestión.

Comunicólogo, amante del cine, la música y todo lo que sea cultura. Forjando una carrera en el medio desde 2018 a la fecha. Colaborador en varios espacios, consciente de que un gran poder conlleva una gran responsabilidad.

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