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Desafiantes: un emocionante juego y un aburrido romance

Desafiantes es la nueva película protagonizada por Zendaya sobre un triángulo amoroso en el mundo del tenis

Mario Valencia

Publicado

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Reseña de desafiantes
Desafiantes
3 Reviewer
Calificación

Tras horrorizar los caminos del Estados Unidos ochentero en Bones and All, Luca Guadagnino está de regreso con Desafiantes, un triángulo amoroso ubicado en el siempre hostil mundo del tenis que tantas anécdotas de colapsos y decepciones nos ha traído. Nada más de recordar los achaques de John McEnroe, que inolvidables.

Protagonizada por Zendaya (quien también fungió como productora), Josh O’Connor y Mike Faist, la película, fiel a la tradición de su director, es un híbrido entre cinta deportiva, romance erótico pueril y cierta carga cómica. Aunque así descrita resulta interesante y además, tomamos en cuenta el ambicioso lenguaje empleado por el autor, es una lástima que el desarrollo de los personajes, lo más importante para lograr empatizar con la situación, se vuelva una carga de ver una triada horrible por distintas razones.

Reseña de Desafiantes
El encanto de esta simpática escena pronto se disipa a favor de un culebrón del Canal 2. Imagen: Warner Bros.

De qué va Desafiantes

Cuando Tashi Duncan, una prodigio del tenis con una brillante carrera por delante, sufre de una severa lesión que la obliga a retirarse de las canchas, adopta a Art Donaldson, joven que siempre ha estado enamorado de ella, como su pupilo para convertirlo en el máximo campeón del mundo profesional.

Los años pasan y Art atraviesa por una racha perdedora. Cuando Tashi decide inscribirlo en un torneo de muestra, pronto la vida los pone frente a Patrick Zweig, antiguo mejor amigo de Art y ex novio de la joven. De inmediato, los roces del pasado comienzan a surgir mientras, a través de flashbacks, conocemos sus historias.

No hay duda de que Guadagnino es un tremendo visionario y en Desafiantes demuestra porque. La forma de colocar la cámara todo el tiempo es brutal, sin temor alguno a tomar riesgos, ya sea por sus ángulos fuera de lo común, las tomas subjetivas o la rapidez con la que se desplaza todo. Gracias a ello, el clímax del enfrentamiento entre Art y Patrick, tiene una cadencia perfecta, un momento muy emocionante.

Lo mismo puede decirse de su edición nada lineal, que a cada instante pinponea con el pasado para entrar en detalles de la relación que los tres tuvieron al conocerse, en su auge y posterior decadencia. Todo, de forma maravillosa, acompañada por la banda sonora de Trent Reznor y Atticus Ross en uno de sus mejores trabajos, esta vez clavados de lleno en los sintetizadores con una vibra synth pop agradable… A pesar de que en muchas ocasiones, es puesta ahí de manera gratuita, sin un sentido que aporte a la escena.

Es así como empiezan a asomarse los problemas de la película. Desafiantes tiene todo para ser perfecta salvo su gran problema: el desarrollo. A pesar de una presentación de personajes bastante decente, con unos coqueteos de sensualidad juvenil divertidos y bien realizados, pronto involuciona de una forma desagradable en la que es imposible tanto empatizar con sus protagonistas, como a una pérdida de ese tono mostrado.

No solo esta intensa carga erótica que posee se ve limitada para volverse un cuento híper pueril, sino que, de manera coloquial, el filme se convierte en la historia de un pendejo cornudo, una arrogante interesada que proyecta sus frustraciones y un patán perdedor (del que jamás se entiende porque decayó tanto). No hay más. Es imposible sentirse cercano a ellos cuando han involucionado en estos esperpentos. Peor cuando Guadagnino se siente en necesidad de “vamos a meter estos momentos súper cinematográficos” como una secuencia en la tormenta que termina por sentenciar este sentimiento juvenil. Iuck.

Reseña de Desafiantes
Un ejemplo de la maestría ya entablada de la relación entre Guadagnino y el cinefotógrafo Sayombhu Mukdeeprom, son estas secuencias en Desafiantes donde la cámara sigue la trayectoria de la pelota en la cancha. Hermoso. Imagen: Warner Bros.

Conclusión

Este relato de dos amigos enamorados de la misma chica, la rompehogares como Zendaya se encarga de señalar todo el tiempo, es algo ya bien revisado en Y tu mamá también y si queremos irnos más atrás, en Jules y Jim de Truffaut, así que no te engañe este tratamiento sacada de Amigas y Rivales. Aunque aquí no salga Angélica Vale. Lástima.

Sin embargo, sería necio no recomendar verla tan solo por las maravillas técnicas que presenta, su brillante dirección de fotografía, clímax excepcional, edición y soundtrack de ensueño. Tan solo por ello, a pesar de la trama tan trillada y el actuar irritante, hablan a favor de Desafiantes. Aunque no te culpo se prefieres revisitar A Bigger Splash o Bones and All. De todas formas, Guadagnino ya es el nuevo endiosado entre los cinéfilos. Igual sus fans la celebrarán como si fuese la salvación del cine.

Fotógrafo y reportero desde 2015, programador del Festival Macabro, profesor de Historia del cine en la FES Acatlán y coordinador de materiales en Filmin Latino.

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