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Reseñas Discos

James LaBrie – Beautiful Shade Of Grey

James LaBrie se ha exorcizado con Beautiful Shade Of Grey y está listo para lo que siga, una nueva gira con Dream Theater o la grabación de algún otro disco.

Rogelio Matamoros

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James LaBrie
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James LaBrie es sin duda uno de los músicos más incansables en la industria musical rockera y para corroborarlo basta con revisar su extensa discografía, la cual obviamente se compone en mayor parte por discos de Dream Theater, pero que también incluye una gran cantidad de trabajos como solista y proyectos con otros músicos. Así que a nadie sorprende que en este 2022 esté entregando su cuarto trabajo en solitario, Beautiful Shade Of Grey.

En esta ocasión se trata de un trabajo que obviamente no se aleja mucho del entorno progresivo al que LaBrie tiene acostumbrado a su público, pero tampoco se trata de un trabajo rebuscado y de abundantes recovecos sonoros. Beautiful Shade Of Grey es una colección de canciones de escucha fácil y como se sabe, de una gran riqueza vocal melódica, pero que no deja de gozar de un desempeño instrumental de primer nivel.

James LaBrie con Dream Theater
James LaBrie con Dream Theater

DE LLENO CON BEAUTIFUL SHADES OF GREY

En principio se podría considerar que esta entrega sería de interés exclusivo para los incondicionales de este músico canadiense. Sin embargo, BSOG es uno de esos discos que durante una velada, hace que los invitados pregunten en repetidas ocasiones de quien se trata. Pues se trata de composiciones creadas con oficio y sin improvisación.

Así que entre estos pasajes, LaBrie hace introspección entre su maduración personal, pérdidas, una gran cantidad de relaciones complejas y sobre todo su ardiente pasión por la música. Y aunque (una vez más), la pandemia forjó un caldo de cultivo adecuado para que LaBrie diera salida a este trabajo, en realidad se trata de un plan que había nacido hace ya casi una década. Y para dar vuelo a la creatividad musical, en esta ocasión se hizo acompañar de Paul Logue, un colega de oficio (británico), al que conoció en 2011 y con quien quedó desde entonces en realizar algún proyecto, tan pronto sus actividades (básicamente con Dream Theater), se lo permitieran. Y bueno, ese momento finalmente llegó en marzo de 2020.

Logue se hizo cargo de la labor en la guitarra y el bajo acústicos, mientras que Marco Sfogli (veterano de todos los discos de LaBrie como solista), fue el responsable de la guitarra líder y los solos. Y para los teclados Logue recomendó a su amigo (y compañero de banda en Eden´s Curse), Christian Pulkkinen y de igual, forma para el área percusiva sugirió que se hiciera cargo Chance LaBrie. Sí, el hijo del mismo James.

Con respecto al título del disco, LaBrie comenta que se le ocurrió una vez que tenía listas todas las canciones y determinó cuáles serían las dos temáticas principales entre ellas. “Algunas de estas líricas tratan acerca de la belleza de los seres humanos y algunas otras abordan ese espacio gris entre ella. Uno no es precisamente feliz, pero tampoco infeliz”.

El disco comienza y termina con “Devil In Drag”, el mismo tema, pero en diferentes versiones. A la segunda (última del disco), se le denomina Electric Version y es que seguramente no son pocos los escuchas que al iniciar el disco, piensan que esa canción con un arreglo más “eléctrico” sonaría también extraordinario y así fue. “Devil In Drag” es precisamente la pieza con mayor fuerza del disco y que si existiera aún una radiodifusión rockera masiva, bien podría ser esta un éxito de gran potencial.

Entre estas hay ocho piezas más: “SuperNova Girl”, “Give And Take”, “Sunset Ruin”, “Hit Me Like A Brick”, “Wildflower”, “Conscience Calling”, “What I Missed” y “Am I Right”, las cuales más allá de obedecer a una estrategia en su ensamble, se suceden una a otra con emotividad musical a pesar de que los tópicos de sus historias van desde la pérdida de valores, falsas pretensiones y la melancolía con la que LaBrie recuerda a su hermano fallecido víctima de cáncer de páncreas en 2016.

Y para hacer aún más personal este trabajo, LaBrie se dio el gusto de rendir un homenaje a Led Zeppelin con su rendición a “Ramble On”. Y fue con este tema que LaBrie puso especial énfasis en la mezcla del disco, para lograr un sonido que no se saturara por el exceso y cuidó mucho el espacio que le dedicó a cada instrumento, para no recurrir necesariamente a un acompañamiento totalmente acústico.

James LaBrie se ha exorcizado y está listo para lo que siga, una nueva gira con Dream Theater o la grabación de algún disco en compañía de quien esté listo para ello.

Melómano, cinéfilo y fotógrafo. Agente provocador, buena y mala influencia. Black Sabbath es mi religión.

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