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Después de meses, el regreso a los autoconciertos con todo y Ximena Sariñana

Los autoconciertos están de regreso y ahora tocó el turno de ver a Ximena Sariñana. Aquí te contamos nuestra experiencia.

Mario Valencia

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Ximena Sariñana en Autoconcierto

Un año después de mi último festival, no esperaba que mi regreso a cubrir un concierto fuese con Ximena Sariñana… Aunque su versión de “Mis sentimientos” es una especie de gusto culposo. Es el inicio de la nueva temporada de autoconciertos de Ocesa, misma que inició con tres fechas agotadas de Caifanes. Esto no solo es indicativo de la devoción del público hacia la veterana banda, sino a la imperiosa necesidad de salir y vivir un concierto de nuevo. Es obvio que una gran mayoría se encuentra listo para retomar la vida. No los culpo.

¿Cómo es ir a un concierto a un año del encierro? Hace unos meses fui en odisea hasta al Centro Pegaso para ver a El Tri. Aquí encajaría a la perfección uno de esos ingeniosos juegos de palabras tipo La Prensa de “fue TRIste” o algo por el estilo. En definitiva se sentía como una experiencia fría, limitada, llena de fallas. Había alegría, pero quedaba ese vacío de convivencia o calidad convincente. Ahora tocaba ver lo ofrecido por Ocesa, en una sede más vistosa, accesible y bajo una minuciosa organización. Así fuera la hija del otrora mandamás de canal 11, había una tranquilidad asegurada por sus habituales estándares de calidad.

Autoconcierto.
Foto: Mario Valencia.

Debes mantener tus luces intermitentes encendidas todo el tiempo del acceso. Más adelante mis compañeros, realizarán labores de sanitización“, me dijo la amable encargada de la puerta 15 del Autódromo Hermanos Rodríguez. Avancé unos cuantos metros hasta el siguiente filtro: uno de esos irritantes códigos QR para escanear y hacer check in en la sede. Sin embargo, esta es la primera vez que veo le dan importancia. Generalmente cuando he ido al cine o al supermercado introduzco mi número de celular de la preparatoria y sigo con mi vida. Aquí pidieron el mensaje SMS de confirmación para seguir adelante. Se nota el enorme esfuerzo de crear un espacio seguro.

Siguiente filtro. Toma de temperatura, inspección de cajuela por si traes contrabando. Igual pude haber llevado una pachita de Presidente en la guantera y no se habrían dado cuenta. Otra chica se acerca para ponerme una pulsera de papel. “Con esta identifican al conductor designado… El cual seguro eres tú (la mochila de mi cámara, reposando en el asiento del copiloto, rio para sus adentros), para que los vendedores no le vendan bebidas alcohólicas”. Medida inteligente.

Avancé unos metros más a través de las mismas curvas donde hace algunos ayeres desfilaban los bólidos de la Fórmula 1. Es difícil distinguir como está distribuida la Curva 4 sin las marejadas de gente que en los festivales marcan las direcciones. Llegar al espacio reservado es interesante. Tal cual, tu auto debe permanecer dentro de un corral delimitado por un par de vallas. Mientras estés ahí, es tu espacio para vivir el concierto como se te plazca… Mientras lleves el cubrebocas puesto, claro está. Es un rincón de buen tamaño, tal vez unas seis personas puedan disfrutar del evento sin problema.

Ximena Sariñana en Autoconcierto
Foto: Mario Valencia.

Siguiente escala casual que seguro a muchos les intriga: ¿qué pasa con los baños en estos eventos? Uno, acostumbrado a las cabinas azules que superan en desgracia a cualquier baño de gasolinera en autopista, desconfiaría de entrar a uno en pandemia. No contaba que al entrar, primero es obligatorio aplicarse gel antibacterial (un orden extraño pero ok) y después, un individuo debe abrirte la puerta para que entres, invasivo y cordial a la vez. Los baños los mantienen con una limpieza escrupulosa, ni en las tiendas del Tecolote ya se preocupan tanto. Al salir te guían al lavamanos. Tú no abres la llave, ellos lo hacen por ti. Gracias por tanto detalle, aunque es intimidante al no estar acostumbrado a la bonanza.

Hora del show. En el auto detrás de mi, se notaba un fervor por Ximena Sariñana. Abordo iba un conocido mío. Lo conozco desde hace más de cinco años y sigo sin saber su nombre pero la charla siempre es amena con él. A momentos iba a mi lado: “bro, puedo pitar con tu claxon”. Adelante. Parte del ambiente nace por el ruido que producen los autos y no iba a limitarlo. Porque hace falta el jolgorio y la comedia en nuestras vidas.

Ximena subió al escenario, decorado muy excéntrico con hongos y piernas. Junto a ella le acompañaban su banda (en una emotiva despedida para su tecladista) y un grupo de bailarinas muy enérgicas. He visto un decenas de bandas en mi vida, las cuales no dudo que tacharían a esta mujer de insulsa. Incluso he llegado a concordar con el meme de “las Natalias“. Pero Sariñana tiene mucha actitud en el escenario, una vibra alegre que contagia en sus canciones pop.

A pesar de no conocer su música más allá de su interpretación de una famosa canción de Miguel Bosé y un cover a “Monitor” de Volován, me dejé llevar por la grata algarabía de Sariñana, sus coreografías y ocasionales palabras al público. “Este si es un buen tráfico para atraparse”, mencionó. Sin duda lo era. Más cuando el inicio de su encore, fue “Mis sentimientos”. Mi gusto culposo, cumbión de cumbiones. Quizá sin los Ángeles Azules de fondo suena vacía pero el público hizo lo propio con sus bocinas que seguían el “pom pom, pom pom pom“. Una maravilla.

En menos de hora y media había terminado todo. Por alguna razón tuve un antojo enorme de escuchar a The Offspring al tomar la curva de salida; era eso o escuchar la hora nacional en el radio. La salida era tranquila, con el aire frío golpeando los autos. A los costados, algunos stands con mercancía de la cantante, incluida una camiseta que emulaba la ilustración de J. Howard Miller de “We Can Do It”. Era linda. Tanto como la noche en la que al fin volví a un buen concierto y que claro, no me molestaría repetir.

Ximena Sariñana en Autoconcierto.
Foto: Mario Valencia.

Fotógrafo y reportero desde 2015, programador del Festival Macabro, profesor de Historia del cine en la FES Acatlán y coordinador de materiales en Filmin Latino.

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