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Pólvora Live

Turnstile en el Pabellón Oeste: un excelso combo de música rebelde y ansias de pogo

La banda de hardcore punk oriunda de Maryland nos dio cátedra de cómo hacer vibrar a una ciudad entera solo con instrumentos

Gustavo Azem Martínez

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Hay quienes dicen que a cierta edad ya no deberías entrar a los pogos. Que ya no es lo mismo cuando te truenan las rodillas, te duelen los pies o se te traban los codos. Hasta fabrican sus memes de “no le vayan a pegar al don”. Están cagados, pero muy fuera de realidad, y hasta creo que hechos desde el miedo juvenil donde sus wall of death son a empujoncitos.

Esta noche, en el concierto de Turnstile, fue demostrado que caerle al slam trata de convicciones. De qué tan resistente se hace el cuerpo con los años y con el slam. A un costado del escenario se hizo una gran rueda de bandita entre los 35 y los 45 años (con dos o tres morrillos y unas chicas) que apenas emanaron de la bocina los primeros acordes de “Mystery“, nosotros ya nos estábamos reventando a chingadazos.

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La hermandad que despierta Turnstile

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Turnstile en el Pabellón Oeste. Crédito: Gustavo Azem / Pólvora

Así desfilaron otros tantos éxitos, entre “Endless“, “Don’t Play” o “Wild World“. Es cierto que a los tres o cuatro minutos teníamos que agarrar un poco de aire, pero es más porque tenemos una condición de la chingada que la edad. Había quienes seguían brincando a lo bastardo, intentando encender el circle pit hasta que todos los volvíamos a unir, y entonces volaban zapes, patadas en la espinilla, pisotones, codazos en el pecho, la cara, la espalda o hasta cabezazos ya en plena faena.

Para la mitad del espectáculo, con el hardcore punk a todo lo que da, cobraron factura los crueles actos de salvajismo que todos firmamos en acuerdo mutuo. Una ceja abierta, dos weyes descalzos, y unos cuantos mililitros de sangre desde mi nariz hacia la mitad de mi cara, el cuello y enredándose entre los pelos del pecho. Fuck. Al baño para lavarse la jeta, luego de vuelta al ruedo.

Mientras “Big Smile” hacía su aparición, y a lo lejos escuchaba sus feroces guitarras con unos bien violentos ritmos afrocaribeños de la batería, tocados con muchísima rabia, con harta enjundia y un endemoniado bajo que te remata en el cerebro, algunos weyes que esperaban para ir a miar empezaron a romperse la madre en los escalones. Se les metió Satanás y armaron un slam durísimo, unos terminaron estrellados en el barandal, otros en la puerta de entrada y dos en el piso mientras se cagaban de risa.

Ese es el espíritu que se espera cuando le caes al Turnstile. Hermandad al cien por cien. Compañerismo. Paz y baile, diría Rocko Pachucote; no el de los hijos de su pinche cola que se metieron a bolsear a la banda. “No mamen me chingaron el cel, agarren a ese culero”. Donde quiera que estén esos gandallas, ojalá que les mochen la mano al puro estilo del Bronco.

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Las nuevas leyendas del Hardcore Punk

Alejado del desmadre, un poco a lo lejos, casi al fondo del Pabellón, donde nadie menor al 1.70 es capaz de ver una shit de lo que sucede arriba de las tarimas, me aventé la última parte del show.

Alien love call“, “Holiday” y “TLC” fueron las del cierre. El plato fuerte y no el postre, nada de azúcar. Para entonces, todavía se podían ver algunos vestigios de punk por algunas partes del Pabellón, ya lo habíamos entregado todo, así que un último empujón no podría hacerle daño a nadie. O tal vez sí, pero qué más da. Afortunadamente, creo, nadie salió herido de gravedad.

Estamos ante uno de los mejores conciertos de la primera mitad del año. A lo mejor el Top 3. No solo porque Turnstile demostró que ya son unos verdaderos gigantes de la industria musical y las próximas leyendas del Hardcore punk, de esas que todos recordaremos y seguiremos exigiendo en 20 o 30 años. Entrarán al salón de la fama del rocanrol. Encabezarán festivales. Nosotros, bueno, quienes todavía tengan las agallas, seguirán rompiéndose la mauser. ¿Por qué? Pues la música, sus canciones, importan y dejan una huella profunda en quienes los escuchan, generan cambios importantes desde la consciencia, pero a un buen ritmo rompehocicos.

También porque hubo grandes invitados. Desfilaron los locotes del Drain, quienes le metieron una buena energía rebelde y música distorsionada, fuerte y casi que estridente para que volarán hartos puñetazos. Para rematar la sordera, Ceremony se puso tantito peor. Un Punk rock más rebajado, pero no por eso más aburrido. Un show más aemado, con rolas de solos y riffs, donde no hay lugar para ser brutales, pero sí enjundiosos.

Más combos como este, por favor.

Setlist de Turnstile en el Pabellón Oeste de CDMX

Mystery
Endless
Come back 4 more / Fazed Out
Don’t play
Wild world
Drop
Real thing
Big smile
New heart desing
I don’t wanna be blind
Canned heat
Fly again
Blackout
Alien Love Call
Holiday
TLC

Periodista musical egresado de la UNAM; ahora editor SEO, reportero y fotógrafo de esta H. revista digital, con más de siete años en el mundo de las notas, reseñas y opiniones de la industria musical. Interesado cien por cien en la búsqueda de nuevos sonidos, tendencias y datos históricos.

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