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Pólvora Live

Light Asylum y Utro en el primer Disorder Fest

Se llevó a cabo el Disorder Fest en la CDMX donde sin duda, Light Asylum se lo llevó así como la sorpresa de Anatomy; el post punk ruso corrió a cargo de Utro

Mario Valencia

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Iniciamos marzo en El Plaza con la primera edición del Disorder Fest, un espacio dedicado a aquellos actos de la oscura. Muchos de los invitados tocaban por primera vez en la Ciudad de México: Light Asylum, HIDE y Anatomy, mientras que el resto del cartel, era comandado por Vlad Parshin, guitarrista de Motorama quien primero se presentó en solitario como Leto V. Gorode y después, junto a Utro, otra de las bandas grandes en la escena del post punk ruso.

Mientras llegaban más asistentes, todo inició a las 7 pm con la bella estadounidense Jenna Rose, mejor conocida por su proyecto Anatomy, quien tomó el escenario portando una elegante boina roja. Clavaba una fría mirada hacia todos lados mientras los beats sonaban cuando de repente, tomaba el micrófono para unos sorprendentes y atemorizantes gritos. De repente, bajaba las escaleras hacia el público para pasearse entre ellos y dejarse caer encima. Casi todos se tornaban nerviosos, pues vaya que intimidaba. Agradecida, al final bajó con una sonrisa. Después se pasearía entre los fanáticos, quienes no dudaban en pedirle una foto. Ella, un encanto con todos, muestra de que arriba es una gran intérprete. Escuchen su nuevo sencillo “Incel” para entrar en su vibra.

Seguiría la primera intervención de Vlad con Leto V. Gorode. Es bien reconocido que sus actuaciones siempre son sobrias pero en esta ocasión, fue más gris de lo usual, todo el tiempo de perfil hacia la audiencia con los ojos absortos en su computadora. Aunque ocasionalmente algunos de sus seguidores gritaban al inicio de sus canciones (mismas que claro está, nadie va a cantar a menos que vengan de Siberia), en general bajó un los ánimos en relación a Anatomy y decepcionó un tanto, quien entusiasmó a todos. El número de gente creció durante sus diez temas, pero no tanto así las emociones.

Llegaría el momento más lúgubre de la jornada con el dúo de Chicago, HIDE, quienes apenas el año pasado lanzaron su segundo disco Hell Is Here. Un industrial brutal, lleno de una enorme carga sexual. Heather Gabel, cantante de la banda, lucía una exótica y sexy indumentaria, cual vampiresa lista para atacar. Ella se retorcía, giraba, bailaba, se arrastraba en el suelo para atraerte a su red. En las tinieblas, Seth Sher manipulaba los sintetizadores para dar vida a una atmósfera envuelta entre un agresivo estrobo blanco. Cuando abandonaron, las luces aún no encendían. Todos pensaron que seguiría pero se desataron las risas incómodas. El público quedó fascinado, intrigado y con ganas de más. Un individuo detrás de mí solo dijo “que buen desmadre”. Es correcto.

Pero sin duda, la velada se la llevó Light Asylum, dúo neoyorquino que llegó a irrumpir el misticismo y la frialdad con baile y buen humor. Desde un inicio su intervención fue genial, con Shannon admitiendo que aún no estaban listos mientras cortaba fragmentos de cinta fosforescente (del mismo color de su cabello) que iba poniendo a su alrededor “para no perderme en la oscuridad”. Minutos después de divagar en ello, la tornamesa giró y comenzó a bailar en pleno aquelarre oscuro. Su voz, de una fuerte influencia soul, es una de las mejores que pueda existir en el gótico. Es profunda, contagiosa e irresistible. En cuanto comenzaba a cantar “Pope Will Roll” e “Ipc”, fue imposible no entregarse al baile. Hasta se dieron un espacio para estrenar música nueva (sí, por fin habrá algo nuevo de Light Asylum). Si hubiese más exponentes como ella, habría una variedad joya en el género.

Tras unos minutos de retraso, cerramos este primer Disorder Fest con Utro, banda alterna de Vlad donde se hizo acompañar de su esposa Irene, también integrante de Motorama. A diferencia de Leto, la presentación de Utro fue más dinámica, con un interesante juego entre todos al momento de cambiar de instrumentos. Hay una química genial entre Vlad e Irene que vuelve más ameno todo. Con estas bandas rusas, siempre me ha parecido divertido reconocer los riffs del bajo y la tonada pero no tener idea de como diablos se pronuncian los nombres de las canciones (o hasta escribirlos si no tienes configurado tu teclado). Al final, los cuatro músicos rindieron sus honores a los fanáticos oscuros mexicanos, quienes son leales a la palabra del post punk ruso.

Sin duda el festival fue una propuesta interesante y un espacio que debe mantenerse para después. Algo que le beneficiaría mucho, sería la inclusión de nombres grandes como She Past Away o Boy Harsher para atraer más gente. Lo importante es que no dejé de brillar la pista de baile.

Fotógrafo y reportero desde 2015, programador del Festival Macabro, profesor de Historia del cine en la FES Acatlán y coordinador de materiales en Filmin Latino.

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