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Francisca Valenzuela en Auditorio BB: apasionada noche de dolor, calor y catarsis

Como parte de su gira Adentro, Francisca Valenzuela comprobó que ya es más mexicana que chilena en una velada emotiva, íntima y catártica.

AJ Navarro

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Como parte de su gira Adentro, Francisca Valenzuela comprobó que ya es más mexicana que chilena en una velada emotiva, íntima y catártica

Desde que debutó en el 2006, la cantante, compositora e instrumentista chilena Francisca Valenzuela, no ha parado de ser una artista honesta, subversiva y llena de una fuerza lírica que ha conectado con muchos. Ahora, gracias a su nuevo álbum Adentro, pisó el escenario del Auditorio BB para ofrecer un show mucho más íntimo con sus fans que experimentaron un dulce viaje terapéutico a través de su música que hizo olvidar a todos de la lluvia nocturna.

La espera y el comienzo de una noche con “La Fran”


Ante una velada llena de un cielo que no paraba de llorar en la CDMX, el ambiente para ver a Francisca Valenzuela se sentía tranquilo. La venta de souvenirs presentaba una gran variedad de playeras oficiales, CDs así como una edición de vinil del anterior álbum de la chilena, Vida tan Bonita, autografiado por ella que valía 1500 pesos. Mientras las abridoras invitadas por la artista sonaban de fondo, una pared con post its escritos por los fans estaba llenándose cada vez más de expresiones de cariño hacia “la Fran” y su música.

La pista del Blackberry poco a poco fue llenándose ante la cita pactada de las 8 y media de la noche, hora en la que Valenzuela tenía planeado salir al escenario, sin embargo ofreció unos 15 minutos de tolerancia para aquellos fans que tuvieran que navegar contra el tránsito pesado y la lluvia de la ciudad. El escenario listo estaba, con el piano blanco, el telón plateado y el resto de instrumentos musicales listos ante una luz morada y una entusiasta audiencia que ya coreaba su nombre.

Como parte de su gira Adentro, Francisca Valenzuela comprobó que ya es más mexicana que chilena en una velada emotiva, íntima y catártica
Como parte de su gira Adentro, Francisca Valenzuela comprobó que ya es más mexicana que chilena en una velada emotiva, íntima y catártica / Foto: Alfredo Alvarado

Fue así que Francisca Valenzuela salió por fin a escena a las 8:45 de la noche, vestida de un azul turquesa que la hacía resaltar en medio del juego de luces. Y la noche se detuvo para escuchar los primeros acordes de ¿Dónde se llora cuando se llora? que comenzaría un setlist que abarcaría no sólo un interesante viaje por su carrera y su más reciente disco acerca de la pérdida y cómo dejar ir, sino por una catarsis grupal que conectó a todos los asistentes de forma singular.

Francisca Valenzuela: terapeuta musical


Fue así que la noche comenzó llena de un poder que se transmitía a través no sólo de su presencia escénica, sino de la lírica y la constante sonrisa que Valenzuela nunca perdió en toda la noche. Después de una apertura sentida, la chilena no dudó en hablarle a sus fans, afirmando que la noche se dividiría en etapas, siendo la primera la fase del dolor y la catársis, donde incluso la cantante ironizó al mencionar que todos recibiríamos una #terapia, lo que entusiasmó a sus chiquillos y chiquillas que compartieron el diván musical con Nada para ti, sencilloque Valenzuela grabó a dúo con Ximena Sariñana, a quien dijo extrañar esa noche.

Mientras terminaban de rondar las lágrimas y ese sentir de aflicción común de corazones rotos, Francisca Valenzuela continuó con la terapéutica velada entrando en calor. “Estoy lista para pasar al siguiente bloque, de la euforia, la calentura y el deseo. Es el que he preferido porque una es así“, confesó la cantante ante los gritos de te amo y diosa que muchos de sus fans hombres gritaban y que la chilena recibía con una gran actitud. La rola que comenzó a soltar el calor entre algunas de las parejas asistentes y el resto de la audiencia fue Ardiendo donde el color rojo bañaba a ‘La Fran’ con uno de los bloques más coreados de la noche.

Francisca Valenzuela es sinónimo de sensualidad y mucho talento y así lo demostró ante sus fans realmente apasionados en la CDMX / Foto: Alfredo Alvarado
Francisca Valenzuela es sinónimo de sensualidad y mucho talento y así lo demostró ante sus fans realmente apasionados en la CDMX / Foto: Alfredo Alvarado

Lo sensual siguió con Quiero verte más donde Valenzuela se sentó frente a su piano de inicio para lucirse frente a él y después culminar en el centro del escenario donde tocaba dos teclados rojos y seguía moviendo a la gente alrededor de esos bajos instintos donde Tómame alcanzó uno de los puntos más climáticos de baile y erotismo que Francisca no dudó en transmitir con sus movimientos, sus miradas y esa intimidad que el Auditorio BB le ofrecía para poder interactuar mejor con sus seguidores.

Estoy muy emocionada y feliz“, recalcó nuevamente la chilena, mientras presentaba la siguiente canción de la velada, una que nos llevó al inicio de la carrera de Francisca Valenzuela. “Es la primera canción mía que alguna vez salió de mi casa, mi cuarto y mi vida que llegó a ustedes. Fue la llave de mi carrera sin saber que a los 14 años, lo que era una confesión del diario de mi vida me iba a llevar a ser música, a ir a nuevos países y es muy lindo porque mis canciones son honestas, vienen de la víscera del corazón“, confesó antes de que Peces estremeciera a todo el auditorio que acompañaba con ganas a su ángel musical de azul.

Francisca Valenzuela causó suspiros, gritos y más en el Auditorio BB. Foto: Alfredo Alvarado / Pólvora
Francisca Valenzuela causó suspiros, gritos y más en el Auditorio BB. Foto: Alfredo Alvarado

Francisca, hermana, ya eres mexicana


Llegaba el momento del poder femenino, de emancipación y fuerza en el setlist. Aquí Valenzuela abrió nuevamente su alma y dio una introducción bella al siguiente tema: “A las mujeres muchas veces nos hacen sentir que tenemos que ser de cierta forma para ser valoradas, debemos ser bonitas, deseables, dulces y una puede ser eso pero la gracia es que una pueda ser como quiera y la sociedad no debe dictar qué es valioso y qué no”, declaraba la cantante mientras Dulce ponía a todas las damas asistentes a acompañarla al ritmo de su piano mágico. Con fuerza y unión cantaron este himno mientras su bajista la acompañaba al sentarse a su lado y tocaba a la par el instrumento.

La fuerza continuó con Juan, otro tema de su más reciente álbum mientras Francisca se cernía firme ante una luz azul que acompañó esta letra acerca del deseo y del despecho clamando que se vaya de su mente esa sensación. Aquí, el grito de “Fran, hermana, ya eres mexicana” vibró en cada rincón del lugar antes de Extraño, donde una sola luz apuntaba a la “pinche” Valenzuela, como se hizo llamar de forma chusca, para cantar una canción melancólica y continuar con uno de los momentos más íntimos de la velada en el Auditorio BB con Déjalo Ir, donde la letra nuevamente resonaba el concepto de aprender a soltar aquello que nos lastima.

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De entre las sombras y el dolor nació la música de Francisca Valenzuela que generó una catarsis terapéutica con su público. Foto: Alfredo Alvarado

Sin saberlo, la emotiva noche de terapia comenzaba a acercarse a su final, al ritmo de Lo Nuestro nadie puede Borrarlo, último tema de su más reciente lanzamiento donde nuevamente habla de una ruptura. “Se siente como una perdida total y el deseo de aferrarse al recuerdo profundo que nadie puede eliminar“, reflexionó la cantante mientras subía al escenario el músico y productor Francisco Victoria de invitado para cantarla de forma acústica, seguida de Ya no se trata de ti y Flotando donde todos los asistentes al recinto de la colonia Condesa prendieron las luces de su celular para acompañar ese sentimiento soñado con su diosa.

El final estaba cerca y no podía faltar otra invitada especial para cantar La Fortaleza, temá icónico de Valenzuela que ha tomado vuelo desde su lanzamiento durante la pandemia, hablando de esa fuerza interna que todos tenemos y que se hace más sólida en grupo. Así, la intérprete Reneé hizo una dupla perfecta con ella demostrando justo eso. El poderío no paraba pues el éxito Buen Soldado encendió la flama de todos que seguían sin parar cada aplauso, movimiento y acorde que la chilena hacía o les pedía.

Después de una breve pausa, Francisca Valenzuela ofreció el último estirón, los minutos extra de una terapia catártica donde la chilena mencionó: “Estando aquí no me falta nada” y con mucho amor y gratitud dedicó al público Afortunada para después ponerle un broche de oro a una sesión que hizo olvidarnos de llanto, la lluvia y los problemas al encender una última vez las almas de sus amados fans con Prenderemos fuego al cielo, despidiéndose así de una velada terapéutica que ofreció un viaje emocional salido desde adentro del alma de ‘La Fran’.

Comunicólogo, amante del cine, la música y todo lo que sea cultura. Forjando una carrera en el medio desde 2018 a la fecha. Colaborador en varios espacios, consciente de que un gran poder conlleva una gran responsabilidad.

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