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Fernando Rivera Calderón de Monocordio: “el rock perdió su capacidad de desafiar, de criticar, se volvió complaciente”

Tras varios años de espera llegó el octavo disco de Monocordio, Buscar Sin Encontrar y estuvimos con Fernando Rivera Calderón platicando sobre ello.

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Monocordio estrena su disco Buscar Sin Encontrar

Fernando Rivera Calderón es tal vez hoy en día, más conocido por su participación en la radio, en especial en el programa El Hueso de W Radio, luego lo vimos por ahí en Televisa echando cotorreo musical y ahora, en el canal Once en Operación Mamut. Pero, en el mundo musical es de los más queridos con su Monocordio, desde que le abría los conciertos a Caifanes o Santa Sabina en Rockotitlán hasta ahora, que está sacando su octavo material llamado Buscar Sin Encontrar.

Es curioso como en la escena muchos lo comparan con Fito Páez, lo cual no le molesta y a Fito tampoco, pero siempre ha buscado una identificación propia, caso que sus fans desde hace más de dos décadas se la han dado. Con cada disco hay una nueva versión de Fernando, ya sea solito con su lira, con los hermanos Arreola o como pasa en este álbum, bandota de ocho personas en el escenario.

Monocordio / Foto por André Dulché
Monocordio desde el Teatro de la Ciudad / Foto por André Dulché

Si hay algo que caracteriza a Fernando (como el bromea, hijo del Cardenal Rivera y Felipe Calderón) es su humildad, empezando como reportero de espectáculos, deportivo y programador de Radio Armonía en Cuautla, Morelos; de todo ha hecho y aprendido, tal vez por ello siempre ha tenido los pies en la tierra. Además, ya fuera con Monocordio o El Palomazo Informativo, siempre ha estado bajo la independencia, y aguantar tanto desde un inicio es de resaltar y aplaudir.

“Cuando haces canciones nunca te planteas, porque uno siempre está en el hoy, estás componiendo hoy, estás pensando en tu nuevo disco, me sorprendió mucho darme cuenta que las canciones que hice a principios de la década de los 2000, de pronto, ya eran parte de la nostalgia de una generación. Me saca mucho de onda, porque no solo te das cuenta de que tu música se volvió parte de la nostalgia, sino de que tú has envejecido, de que ha pasado el tiempo y quizás tú no te diste cuenta de tanto tiempo que pasó y soy muy consciente que mi música ha llegado a muchas generaciones. Además, pasó algo muy curioso, yo empecé tocando en Rockotitlán abriendo los conciertos de Caifanes, Santa Sabina, Neón, Los Amantes de Lola, es decir, soy contemporáneo de todos ellos, pero un poquito más chavo, pero ese poquito hizo que nunca accediera a grabar en Culebra o en BMG o hacer parte de esa generación.

Mi oportunidad llegó con la generación que vino después, yo ya era más grande para los jóvenes. Debuté al inicio de los 2000, cuando la gente estaba oyendo a Zoé, Natalia Lafourcade, a Hello Seahorse! y también, pues hay un grupo importante de los fans de Monocordio que fueron muy chavitos en esta época y que ahora pues ya tienen hijos, son papás jóvenes. Pasa algo que de repente, también le puede gustar a los niños y me encuentro niños que les gustan las canciones de Monocordio y ahora qué hago el programa de Operación Mamut en el Once, que es un programa que tiene un gran público de personas mayores de 60 años, me encanta poder convivir con esos extremos.

Además, no creo en los nichos de mercado. Creo que la mercadotecnia le ha dado un poco en la torre a la capacidad artística de llegarle a todos y la verdad, me interesa llegarle a todos”, nos comentó Fernando.

Portada de Buscar Sin Encontrar de Monocordio
Portada de Buscar Sin Encontrar de Monocordio

También con las trabas de ser independiente, sobre todo las económicas, uno es quien debe tomar las riendas de sus proyectos y para nada es ajeno ver a Fernando irse al Chopo a volantear o salir con la gente y platicar con ellos, al final, sin el público pues acabaría tocando en sus fiestas familiares y ya.

“No creo que esté -y no quiero pensar que estoy en la culminación- sino que sigo en el proceso de escribir una gran canción, de hacer un gran disco, de convertirme en un artista respetado y querido por la gente, pero pues yo sigo peleando y trabajando cada día porque eso suceda: no me compro nada, no me compro ninguna medalla ni ningún mérito, ni ningún título nobiliario. Creo que ser artista, músico, pintor, escultor o bailarín en este mundo material exige una humildad radical y entender que cada día estás empezando.

El sábado pasado me fui a volantear al Chopo como hace 30 años iba para anunciar las tocadas del Cuerpo de Cristina en Rockotitlán, me sentí verdaderamente contento y orgulloso, debo decirlo,  hasta de mí mismo por no sentirme nada. Hay que hablar con la gente, hay que estar empezando siempre de cero y claro, presentando con toda la experiencia que tengo pues una música de gran calidad, las canciones que hago creo que tienen un buen nivel, pero también con la humildad de decirles aquí está mi trabajo, lo entrego con mucho cariño”.

Monocordio / Foto por André Dulché
Monocordio en el Teatro de la Ciudad / Foto por André Dulché

El número 8, el eje de Buscar Sin Encontrar de Monocordio

“Fue una casualidad, pero ya en este proceso de estar escribiendo el boletín de prensa y de estar haciendo toda la información para que el disco pudiera ser publicado en todas las plataformas, me di cuenta de que eran ocho canciones, iban a ser siete, pero al final, ya ha terminado de grabar el disco en el día de la mezcla, compuse una última canción y decidí incluirla. Está grabada en una sola toma, quedó con algunas cosas desafinadas, pero tiene una intención muy bonita, que es una canción llamada “Suena”. Yo estaba consciente de que era mi octavo disco de estudio porque hay dos más en vivo, pero bueno, la sorpresa fue cuando conté los músicos que habíamos estado involucrados en el disco y somos ocho también, entonces pasaron ocho años para que yo grabara mi octavo disco, con ocho canciones, con ocho músicos.

No me gustan los números y recuerdo que hace muchos años tuve una bonita plática con Gustavo Cerati sobre el tema de la numerología y el significado profundo o ancestral que pueden tener los números, y el 8 es un número que me cae muy bien porque sabemos que cuando se va a dormir y se acuesta, pues se convierte en el infinito”.

Así que como podrán comprobar es este el número de tracks que comprenden este álbum, uno que sigue esa línea lírica desde sus inicios, siempre inspirado por escritores como Julio Cortazar, sus muzos Pablo Neruda y Octavio Paz y claro, su amor por su país, por las personas que lo rodean. Tal vez, a muchos ya cayó en gracia su postura -no es monedita de oro- pero es fiel a sí mismo y aunque muchas veces sus canciones parezcan estar dirigidas al amor de relación de pareja, pueden relacionarse a otro tipo de amor, no es exclusivo.

“En las canciones de Monocordio desde que comenzó este proyecto, hace algo así como 23 años, siempre la poesía, la literatura, han sido una parte fundamental pues tanto de mi formación en general, siempre me inspiro mucho en poemas o a veces retomo o hago alusiones o pequeños homenajes. Julio Cortázar y todo lo que hace Rayuela es una gran inspiración para quienes hacemos canciones porque, aunque es una novela en teoría, en la práctica es un es un texto poético, profundo y que no deja de inspirar a las nuevas generaciones y bueno, siempre está ahí tanto Cortázar como Paz y Neruda que son como mis ángeles protectores literarios”.

A esto nos platicó sobre la postura política en sus canciones, algo que pareciera que deja exclusivamente para la radio, TV o lo que fue el Palomazo Informativo: “El amor es mi sentido político, yo amo a mi país, amo a la gente de mi país, amo mi tierra de muchas formas, la conozco y he tenido el honor de recorrerla. Del amor sale la política. Hay una torcedura en este país que cuando manifesté mi postura política todos aseguran, incluso algunos amigos y examigos, decían ‘pues claro, ya te compraron, ya te llegaron al precio, ya te ofrecieron algo’. Cuesta mucho trabajo pensar que los artistas las personas en general podemos tener convicciones fuertes que van más allá del dinero o de que nos compren para para pensar en algo.

Monocordio en el Teatro de la Ciudad / Foto por André Dulché
Monocordio en el Teatro de la Ciudad / Foto por André Dulché

Mi postura política es fundamental, no me estorba la hora de hacer canciones de amor, me enamoro también y el amor tiene una política y vaya que a veces hay insurrecciones y revueltas, y yo tengo en mi corazón una Suprema Corte de Ministros muy conservadores, que me hacen cagarla reiteradamente y les estoy aplicando un plan C pero de corazón. Todos vivimos pequeñas insurrecciones internas: hay una política del cuerpo, hay una política del amor y todo eso se proyecta, pues en el mundo en el que estábamos.

Yo no soy ajeno a mi mundo, odio ser el artista que está aparte y que dice ‘no, es que yo no veo las noticias, es que yo no leo los periódicos, es que a mí no me importa’, pues ¡qué hueva! ¿en qué mundo vives? De qué manera piensas conectar con la gente si no te importa, ¿cuánto vale 1 kg de tortilla o nunca has salido a la calle a ver cómo está? ¿No te has subido al metro? ¿No entiendes la lucha de las personas?

Es muy bonito hacer canciones de amor, pero me ubico. Soy un compositor de canciones de amor en un país que está tratando de salir de uno de los peores abismos políticos y sociales, y que estamos todavía metidos en eso; creo que podemos salir de ello y creo que el arte y la música en particular, son un factor muy importante en este proceso revolucionario. Yo me cuento mi cuento así, creo que estamos viviendo una revolución de conciencias y revolución política; tengo amigos músicos con los que tengo debates cotidianos muy fuertes al respecto, pero cada quien habla desde su experiencia y desde el amor a su patria”.

Monocordio / Foto por André Dulché
Monocordio en el Teatro de la Ciudad / Foto por André Dulché

Buscar Sin Encontrar, el destino final para Monocordio

En su disco Hora Del Tiempo, hay una canción que se llama “Función” y que ejemplifica un poco el trasfondo de este nuevo disco llamado Buscar Sin Encontrar, una frase que va: ‘¿Quisiera saber por qué estoy aquí? Si este es mi papel, ¿Quién me escribe a mí?’.

Así que queda la incógnita de cada disco, qué busca con este material, que emociones quiere transmitir y esto nos dijo Rivera: “Busco el no perder la capacidad de asombro ante las cosas que van pasando en la vida, a veces uno se vacuna ante la realidad y ante las cosas conmovedoras. Mucho tiempo en el programa El Hueso daba el obituario de los muertos del narco en los tiempos de Calderón y de alguna manera no solo se va haciendo la piel más dura, sino que se va volviendo un poco insensible. Lo que yo quiero hacer con esta música es devolvernos o volver a la sensibilidad, porque yo también con mis canciones me trato de volver al mundo del que vengo de niño, con esa mirada un poco inocente”.


Otra gran pregunta que nos hacemos es de dónde llegan las ganas de seguir haciendo canciones, más cuando lo vemos en TV o radio, darse ese espacio para sí mismo, ensayar y salir a tocar no es tan sencillo.

El movimiento es lo que me permite también estar en contacto con las cosas que me inspiran a seguir haciendo canciones, no puedo parar. Hay una canción de Monocordio muy simbólica que se llama “Siempre te busqué”, donde se plantea el amor como un encuentro cósmico que se viene cocinando casi desde el principio de los tiempos y mucho tiempo viví con esa idea del amor un poco romántica, y es una idea que también me causó un poco de dolor.  Los últimos años he tenido experiencias y reflexiones que me han hecho ver el amor de otra forma y ya no pienso que no encontrar al amor de la vida significa un fracaso, sino parte de una búsqueda de los amores de la vida, de los amores que conforman la vida de una persona que no necesariamente son los de una relación de pareja, hay muchos tipos de amores que nos encontramos y que van enriqueciendo nuestra idea del amor.

Para mí el ser humano -quizás más que su capacidad de pensar- nos define nuestra voluntad inquebrantable y necia de buscar y buscar y buscar… ¿qué buscamos? No lo tengo claro: a veces buscamos sin saber siquiera qué queremos encontrar, pero estamos buscando algo. Siempre estamos preguntándonos algo. Siempre estamos cuestionando las cosas, ¿a dónde queremos llegar? No lo sabemos, pero sabemos que hay otro lugar, hay otra verdad, otra realidad y en ese sentido sí he sido muy necio porque creo en ello y porque creo que para mantenerme joven, a pesar de que envejezca en términos de edad, necesito estar abierto y en movimiento y necesito escuchar las nuevas tendencias musicales, así como escucho a King Crimson y a Pink Floyd pues también darme la oportunidad de escuchar a Bad Bunny y a Paco Amoroso para poder tener una perspectiva de lo que está pasando en mi mundo en la música”.

Niños, adolescentes y adultos mayores, Monocordio es para todos

Lo que pasa con Monocordio a veces es similar a lo que le ocurre a La Barranca, no son canciones bobas donde todo recae en el coro pegajoso para estar sonando en la radio comercial. Son para escuchar y disfrutar y varias de ellas, escritas de tal forma que cosas serias pueden ser entendibles para todos, ya sean niños aprendiendo español hasta los más veteranos.

“Desde que empecé el proyecto de Monocordio, mi pretensión era que las canciones que hago las pueda entender un niño de 5 años. mi abuelita de 80 o mi mamá, que a lo mejor no es muy asidua a la música de rock, es decir, que el lenguaje no fuera un obstáculo para que lo que quiero decir llegar a la gente. La canción de “La hora del tiempo” para mí es muy emblemática porque fue la primera canción que estuvo sonando en alta rotación en la radio pública, no pagué, en mi vida nunca he pagado un peso porque mi música suene en los medios; esa canción en particular le gustó a la gente y empezó a sonar mucho y la usan en un disco que creo que hicieron en Alemania, para enseñarle a los niños a hablar español y es una canción que ha aparecido en algunos libros y en algunas películas.

Si te das cuenta, es una canción que habla de algo muy profundo, pero con unos términos extremadamente sencillos casi infantiles, pero lo que plantea es cuando uno cree que se acerca demasiado a las cosas en el afán de conocer mejor algo, lo único que descubres en acercamiento es que realmente ignoras más de lo que creías y mientras más te acercas más ignoras, porque te das cuenta de que las cosas son mucho más complejas de lo que pensaste en un inicio.

“La hora del tiempo” para mí, es una canción casi metafísica, pero me encanta que los niños la escuchan y pueden entender más o menos lo que estoy planteando”.


Y bueno, al final y tomando el bagaje de Fernando Rivera calderón en pleno 2024 (casi 25) tratamos de develar la pregunta eterna, ¿hoy en día qué es rock?

“Lo podemos ver ya más históricamente como un género musical que conecta con el blues, con la música negra, que digamos la industria blanca lo blanqueó y lo convirtió en un gran en un gran negocio y le quitó, un poco o un mucho, el sentido contestatario que tenía al nacer. En México no podemos decir lo mismo, porque en México el rock nació deslactosado, las adaptaciones que hacían Enrique Guzmán, César Costa y toda esa primera generación, pues eran traducciones donde la parte sexual y la parte desafiante o irreverente era completamente extirpada para que pudieran ser transmitidos en el Telesistema Mexicano; y todos los grupos de rock de Avándaro y todos los que realmente tenían letras subversivas o irreverentes como Tinta Blanca y Pace & Love, todos esos grupos quedaron completamente vetados y fuera de la historia de la música. Gracias a algunos trabajos que se han hecho recientemente podemos saber de ellos, pero bueno, el rock como género y como parte de la historia de la música está ahí.

Para mí el rock tiene que ver con algo más porque tiene un significado que conecta con la rebeldía, que conecta con el no estar de acuerdo con el mundo en el que estás, para mí sí significaba el dejarse el cabello largo, pelearte con tus papás, pensar distinto, ser el raro de la escuela, no ir con el ideal del dinero de vestirte bien, de traer un coche, sino de querer hacer música, de querer enamorarte, es decir, tenía que ver también con una forma de vivir.

Curiosamente, el rock perdió en buena medida su capacidad de desafiar, de criticar, se volvió complaciente, se volvió comodino, se preocupó por sonar muy espectacular, que los grupos grabaran en estudios muy cañones en Estados Unidos o en Inglaterra. Pero lo importante del rock es el contenido, la patada que te da entre las piernas, la cachetada que te da en el rostro sin tocarte y lamentablemente, creo que a lo que yo me refiero como rock está mucho más en la música urbana, en los corridos tumbados y en otros géneros musicales que verdaderamente están desafiando a la sociedad y están haciendo que los viejitos de hoy digan ‘esa música es horrible, hay que prohibirla’.

Y como no hay rock sin conciertos, Monocordio presentará su disco Buscar Sin Encontrar en el nuevo Foro Alicia de Santa María la Ribera:

Monocordio se va al Foro Alicia
Monocordio regresa al Foro Alicia

Editor de Pólvora, periodista musical y fotógrafo desde hace más de 10 años. Licenciado en comunicación social con la tesis El Rock Como Movimiento Social en la UdeC. Fan de los deportes, cómics, la ciencia ficción y películas de acción basura de los años 80-90.

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