Tame Impala – The Slow Rush

Por Luis Fernando Sullivan Jimenez

La psicodelia de los setenta nunca murió, solo estuvo en reposo y Tame Impala es una prueba de ello. Desde su primer álbum, Innespeaker, el australiano Kevin Parker ha demostrado su versatilidad como multiinstrumentista, amalgamando vertientes de las vertientes psicodélicas del rock, pop y funk, hasta llegar a un resultado digerible y colarse en el mainstream para ganarse el título de uno de los artistas más importantes de rock de la década. 

En 2015 Tame Impala alcanzó la fama con Currents, su tercer álbum, y con su probablemente su hit más exitoso “Less I Know Than Ever”. Por varios años no tuvimos noticias de un nuevo álbum, hasta el año pasado cuando lanzaron su primer sencillo para The Slow Rush, “Borderline”, al que le siguió “It might be Time”, “Posthumous Forgivnes” y “Lost in Yesterday”, el último lanzado en enero de este año. 

Una mezcla electropopera con house y disco

En The Slow Rush, como ya lo hicieron en su anterior álbum, cuenta con una dimensión electropopera pero ahora condimentada de elementos del house y disco, entregando un resultado mucho más colorido, suave y ambiental a sus trabajos anteriores, tal vez solo pareciéndose a “41 Mojitos Poolside Dub”, una de las canciones de lado b de su primer álbum.

Este nuevo trabajo se compone de canciones que nos traen de vuelta la pista de baila, la bola de espejos y las luces estroboscópicas como destacan las canciones “One More Year”, “Glimmer” y “Is it true”. Complementando, y no dejando atrás, la herencia del rock progresivo funkero también se hace presente como en “Posthumous Forgivnes”, “Tomorrow’s Dust”, “One more hour” o “It Migth Be mine”.

The Slow Rush marca definitivamente una evolución en Tame Impala que le ha llevado 10 años alcanzar, llevándonos nuevamente a la nostalgia setentera. Tame Impala se presentará en el Foro Sol de la Ciudad de México este 19 de marzo.