Crítica a Todos Somos Extraños, el doloroso y solitario camino de la sanación

Hace buen rato que una película no me ponía un nudo en la garganta, pero, Todos Somos Extraños (All of Us Strangers) casi logra que me suelte a la chilladera; Y es que la historia que nos presentan es la bandera de la resiliencia y el duelo a su máxima expresión, lo que incluso también da cuenta de qué, por más que haya pasado el tiempo, a veces el dolor se presenta en los momentos más frágiles de nuestras vidas.

Todos Somos Extraños es una tesis de como quisiéramos tener a nuestros seres queridos por siempre y para siempre, para sentir ese apoyo emocional que todo ser humano necesita y que en ocasiones y desafortunadamente muchos carecen.

Esta película muestra la fragilidad con la que muchos nos hemos sentido identificados, en donde el querer sentirse cobijados es una simple idea que nos tenemos que formular para sentir el calor de la protección, esto a costa de caer en la realidad de que es nuestro mismo pensamiento el que lo hace, como una medida para sentirnos reconfortados.

De esto va Todos Somos Extraños

Nos ponemos en la pluma de Adam (Andrew Scott) un guionista que tiene una vida profesional y económicamente estable, que vive solo en un departamento en Londres. Una noche la rutinaria vida de Adam cambia cuando a su puerta aparece Harry (Paul Mescal) un vecino que claramente ebrio, lo invita a echarse unas copitas y a ver que pasa, puesto que unos momentos antes Harry descubrió a Adam viéndolo por la ventana.

En un inicio Adam rechaza la invitación, sin embargo, posteriormente cambia de parecer y comienza una nueva relación amorosa con Harry, apoyándose carnal y emocionalmente en su nuevo amor.

En el proceso, Adam visita a sus padres (Jamie Bell y Claire Foy) , que de alguna manera se encuentran casi como de la edad de Adam, y comienza una relación como si hubiese pasado mucho tiempo sin que se vieran, momentos en los cuales Adam les confiesa de su preferencia sexual y platican de algunas cosas de la infancia de Adam.

Como bien puedes intuir y no es para nada un spoiler, los padres de Adam ya han fallecido, por lo que la relación que lleva con ellos es la mera proyección del chico con sus padres y la relación que hubiera querido tener con ellos puesto la muerte de los dos sucedió en un fático accidente de auto.

Harry entra en la ecuación para ser el catalizador de estos encuentros de Adam con sus padres, por lo que es la cobija con la cual encuentra calor a todo el desmadre emocional que tiene Adam en su duelo, cada que tiene un episodio con sus padres, además de lidiar con la aceptación de que sus padres ya no están con él.

Lo bueno de la película

Ni siquiera te preguntes ¿cómo es posible que Adam vea a sus padres ya fallecidos? Ya que esa no es la verdadera pregunta que se plantea en Todos Somos Extraños; acá lo que podemos ver es como Adam tiene que lidiar con el dolor de sentirse solo, puesto que aunque pudiéramos considerar que tiene una buena vida, en algún momento su familia y amigos por situaciones diversas se separaron de él.

Llevar esta soledad es una carga súper profunda que la película proyecta en situaciones como recuerdos en la mente de Adam, la cena de Navidad, cuando él tuvo un accidente, las veces que tenía miedo por las noches y se iba a la cama de sus padres, cuando se cortó el dedo, y algunos otros son los escenarios que elige para acercarse a sus padres y ponerlos al día.

Por supuesto que en algún momento te vas a sentir identificado y más cuando has tenido la mala fortuna de perder a un ser querido, todo lo que quisieras contarle, pedirle que no se vaya, darlo todo por estar una hora más con él o ella, todo eso te va a mover la película.

En esta ocasión me reservaré mi derecho para no apuntar cosas negativas a Todos Somos Extraños, puesto que me parece que todo en conjunto es un cúmulo de emociones aderezadas con vistas espectaculares del Londres contemporáneo y del apartado musical, simplemente es perfecto para cada una de las escenas.

Además de recalcar que con solo estos cuatro personajes la cinta se complementa al 100% las actuaciones de los cuatro son espectaculares, pero lo de Andrew Scott como Adam es para pararse y aplaudir, ya que te logra transmitir un chingo de emociones sin la necesidad de ser exagerado ni sobrepasar los sentimientos.

Por supuesto que le vamos a dar garantía del Cine Chota a esta película que se estrena esta misma semana (29 feb) en los cines y claro que es una imperdible de la temporada, eso sí, te advierto que te lleves tus pañuelos si es que no quieres secarte las lágrimas y los mocos con la misma servilleta de las palomitas de maíz.