El Pan Blanco, Mattress y Carrion Kids en Anticlub: una velada entre amigos x MonkeyBee

La noche del viernes prometía ser de esas especiales, de esas cuando hay relajo underground y más si se trata de El Pan Blanco presentándose en un lugar no muy conocido que se llama el Anticlub. Vaya que todo estaba puesto para pasarla bien Felipe y con tenis gracias a los compas del MonkeyBee que se encargaron de armar este toquín que también incluía a la sensación de Portland, MATTRESS y una banda sorpresa.

La primera revelación de la noche

Primero que nada, hay que mencionar que llegar al recinto es algo complicado, lo más cercano es la estación San Joaquín de la línea 7 del STC Metro. Una vez que llegas, te topas con una casa, acá bien de club clandestino que cualquier punk londinense conocería, pero como no estamos en Inglaterra, muy pocos seguidores de la escena ubican.

Aún así, eso no fue impedimento para que los primeros en llegar pudieran convivir con los integrantes de la banda Carrion Kids, quienes estarían como acto sorpresa de la noche. Charlas a la par de unas chelitas entre fans, invitados, amigos y fotógrafos, pusieron a tono a los capitalinos para soltar rolones como “Señor Tocino”, “Tu vicio crediticio” y la que todos los presentes pidieron a gritos “Aquelarre”.

Eso sí, algo que llamó la atención es que el público se mostró espectante más que desmadrante, algo que hasta hizo que el vocalista Miki Navajas, dijera que “están muy bien portados”. Ya luego nos enteramos que quizá los presentes escucharon las charlas entre miembros del staff donde evidenciaban las quejas de los vecinos por el ruido, el olor a cigarro (¿no se supone que ya está prohibido?) y el desorden público del que han sido “afectados”. Puras patrañas, están a media cuadra de dos avenidas conflictivas, San Joaquín y Legaria.

MATTRESS, el invitado especial para El Pan Blanco

Para seguir la noche, desde Portland llegó MATTRESS, con su show mágico musical al mero estilo de Silverio aunque sin la finura de su majestad, una combinación de remixes, sampleos y sonidos aderezados por palabras recitadas y bien afinadas. Eso sí, desde un principio sorprendió al público y no por su música, más bien porque la mayoría pensó que se trataba de una persona random que se subió al escenario a echar karaoke, hasta que se dieron cuenta que siguió cantando.

Ya ni porque vestía un llamativo traje dorado y actitud al mero estilo de Barry Williams en el tema de Peter Gabriel logró captar la atención de la mayoría de las personas en el lugar, y tampoco es que fueran más de 50. Una lástima por el artista, aunque quizá le jugó en contra que su show es muy contrastante a los riffs y tecladazos de Carrion Kids. O simplemente la gente no todavía no está lista pata MATTRESS.

¿Wonder, Bimbo? Aquí El Pan Blanco es nacional

Tras unos 30 minutos entre que preparaban el escenario con los instrumentos, y Miki Guadamur, el líder de El Pan Blanco estuviera platicando con algunas personas del público, además de vender su arte y dar algunas breves palabras entre cada transacción, por fin apareció el trío en el escenario del Anticlub. El público apenas vió cómo tomaba el micro Miki y los gritos no pararon, todos se arremolinaron lo más cerca que pudieron para escuchar “Soy Pobre”, “El Fuzzte”, “Quiero ser mi propia novia” y claro, esa oda a la persona y ‘estrella fumigada‘ que es “Christina Aguilera”.

La espera valió la pena, a la gente no le importó que fueran las 11:30 de la noche y apenas comenzara lo bueno de la noche, ellos querían divertirse, armar el slam y soltar todo el estress de la semana para comenzar el puente del Día del Trabajo con toda la actitud destructiva, aunque tuvieran que bajarle los decibeles y un par de rayas a su desmadre, para no incomodar a los vecinos. “No vaiga siendo”.

Al final, por si no hubiera bastado, varios se quedaron a convivir, echar más chelitas y azulitos, quiza una foto con los artistas, y esperar entre amigos y nuevos desconocidos el uber para regresar a casa o seguirla en otro lado.