Borat 2 (Borat Subsequent Movie)

Durante la década pasada, el comediante británico Sacha Baron Cohen puso en jaque a la sociedad estadounidense gracias a sus ácidos personajes como el rapero Ali G, el modelo austriaco Bruno y claro, el tercer mejor reportero de Kazajistán, Borat. Estrenada en 2006, la película fue un éxito por su mordaz mirada a la vida americana… Algo que también causó la ira de muchas personas, etnias y nacionalidades. Catorce años después, Cohen enfrenta a un mundo distinto donde el conservadurismo se disfraza de liberalismo y lo politicamente correcto en las redes, es el pan de diario. Producida en secreto, Borat 2 llega hoy en exclusiva a Prime Video donde la sátira, las risas, toda la grandeza que tuvo en la primera parte, están de vuelta.

Desafortunadamente, Borat no tuvo un buen final tras regresar de su primer viaje a Estados Unidos. Kazajistán dejó de ser una gloriosa nación para ser el hazmerreír del mundo y el famoso reportero, fue condenado a trabajos forzados. Sin embargo, recibe una segunda oportunidad de su líder supremo para enmendar la imagen del país. El plan: viajar de nuevo a US and A para llevarle un regalo al vicepresidente Mike Pence y así, formar una nueva alianza. Por supuesto, no será tan fácil y en el camino, conocerá el lado más absurdo del país junto a su hija, Tutar.

Extraña ocasión en que una secuela, logra mantener la calidad. El humor de Sacha se conserva intacto, maduro en algunas áreas. No solo vemos sus clásicas bromas sobre judíos o el estancamiento de las antiguas repúblicas soviéticas. Supo aprovechar a su favor la creciente tendencia de los maniáticos conspirativos, la cuarentena y sus opositores, el resentimiento de la clase baja americana, el racismo, los escándalos sexuales entre otras linduras. Es un trabajo con una carga política más fuerte que su antecesora, influenciada por la inminente elección y que a futuro, quedará como un valioso recuerdo de una decadente sociedad. Durante el cierre, el mensaje no pudo ser más directo: “ahora voten, o serán ejecutados”. Brillante. ¡El verdadero enemigo del mundo es el imperio yankee!

A diferencia del primer filme donde Borat fue acompañado por su inolvidable productor (interpretado por Ken Davitian), aquí se hará valer de su hija para enfrentar las amenazas del mundo moderno. Esto le da el giro a la fórmula esperada del personaje pues si recordarán, su objetivo pasado era meter a Pamela Anderson en un costal para hacerla su esposa. Tutar, crece a lo largo de la película de ser una mujer amarrada en espera de vivir en una jaula de oro como Melania Trump, a ser fuerte e independiente. Lo importante aquí, es que también se encarga de ridiculizar los extremos a los que puede llegar el feminismo y la sumisión. Joya.

Y claro, no podemos dejar a un lado la clara figura antagónica del momento: Donald Trump. Para Kazajistán, es un héroe que regresó a EUA a la grandeza arrebatada por el maligno imperio de Obama y los Clinton. De hecho, hay toda una escena divertidísima donde junto a dos rednecks, Borat conoce el rumor sobre el secreto de los Clinton: se alimentan con sangre de niños. Conforme avanza la trama, dará en cuenta sobre su monstruosa naturaleza. Esto sin dejar a un lado la oportunidad de burlarse de todos sus escándalos sexuales junto a individuos como Jeffrey Epstein.

Tristemente, no todo podía ser tan perfecto en Borat 2. La obvia producción más grande gracias a los billetazos de Amazon, le resta ese encanto más amateur de falso documental que tuvo la primera parte. Esto provoca que falte ese toque más auténtico a algunas de las peripecias que enfrenta el reportero. Hasta pueden llegar a sentirse demasiado coreografiadas, a diferencia del humor más espontáneo.

Borat 2 no pudo llegar en mejor momento. En una era de cancelación, teorías de conspiración, ignorancia, odio en redes y pésimos gobiernos, Borat es esa voz que representa a una mayoría sobrepasada por las ridículas poses de unos cuantos. Mientras que mantiene una postura claramente progresista, lo hace de manera inteligente y con un equilibrio positivo. Necesitábamos ver con urgencia algo así.

Calificación: 9.0